La peste negra modificó el sistema inmunológico de los europeos

EFE MADRID

SOCIEDAD

Un grupo de científicos españoles demuestra cómo las grandes epidemias mortales producen variaciones genéticas importantes para la respuesta a infecciones emergentes

04 feb 2014 . Actualizado a las 22:45 h.

La peste negra o peste bubónica, la pandemia más mortífera de la historia de Europa, no solo acabó con la vida de sesenta millones de personas, sino que además dejó huella en el sistema inmunológico de los habitantes del continente, según una investigación publicada hoy en el PNAS.

El trabajo, realizado por investigadores del Institut de Biología Evolutiva de la Universidad Pompeu Fabra (UPF-CSIC) y del Radboud University Nijmegen Medical Centre de Holanda, concluye que las epidemias mortales afectan a la configuración del sistema inmunológico humano.

Hafid Laayouni, uno de los autores del estudio, explica que el objetivo de la investigación era detectar huellas de selección positiva convergente, es decir, «buscar patrones de variación genética que resultan de la presión selectiva de una enfermedad infecciosa».

Eso es lo que ocurrió en Europa en el siglo XIV, durante el brote de la peste bubónica que solo afectó a los habitantes de este continente; este proceso infeccioso actuó sobre el genoma de dos grupos étnicos que compartían el mismo ambiente pero diferían en su bagaje genético: los rumanos y los gitanos.

Los gitanos, procedentes del norte de la India, se instalaron en Europa hace solo mil años.

En una primera parte del estudio, los investigadores de la UPF analizaron el ADN de cien personas de origen rumano y de cien gitanos y los compararon con una muestra de 500 habitantes del noroeste de la India (lugar de procedencia de los gitanos europeos).

Al comparar las tres poblaciones, los investigadores vieron que tres genes de tipo Toll, «propios del sistema inmune», habían evolucionado de manera similar en los rumanos y en los gitanos pero no en los habitantes de la India (donde no llegó la peste).

«Es un buen ejemplo de evolución convergente, en que las poblaciones de distinto origen tienen la misma adaptación al estar sometidos a las mismas presiones ambientales, en este caso bajo el efecto de la epidemia de la peste», agrega.

La segunda parte de la investigación, realizada por científicos holandeses, consistió en un estudio inmunológico «para ver si estos genes estaban relacionados con una de las presiones selectivas más importantes que ha habido en la historia de Europa: la plaga de la peste negra».

Para ello, los científicos extrajeron sangre de 101 personas de ascendencia europea y expusieron estas muestras a la bacteria que causó la peste negra, la Yersenia pestis, para ver si había respuesta inmune.

«Entonces vimos un aumento de la producción de citoquinas en la sangre, es decir, una respuesta inmune, que nos dice que estos genes sí que están respondiendo» y que, por tanto, los patrones de selección encontrados podrían haber sido el resultado de este agente infeccioso.

El estudio demuestra así que la peste negra ha tenido un papel importante en el cambio genético de los europeos, que ha dejado una «huella» genética que no tienen otros grupos, un factor que ha sido muy importante en la historia de la humanidad y en la respuesta a infecciones emergentes.