Cada año entre el público que acude al curso de verano que la Universidad de Santiago de Compostela celebra desde hace ocho años en Lalín hay caras conocidas. Las de personas que repiten la experiencia de un año a otro. En ocasiones son también ponentes que quieren regresar. Unos y otros alaban cada año el buen hacer de los organizadores del curso que continúa siendo uno de los que más interés despierta entre el alumnado que sigue siendo mayoritariamente femenino.
Ayer ponentes como Urco Fernández Román, expresaba al inicio de su intervención su deseo de opositar el año que viene a ponente del curso de verano agradecimiento el tratamiento y la hospitalidad recibida.
Si en las primeras charlas, de arranque de las jornadas cuesta romper el hielo, el debate se va animando a medida que avanzan los días y las ponencias. Eso hizo que el lunes se prolongase el curso bastante más de lo previsto.
Este año el tema es la educación y el fondo las nuevas tecnologías. Mar Camacho i Marti abrió la exposición ayer hablando del poder de las redes sociales, de su influencia y su importancia de cara a potenciar la participación en la educación.
Dolors Reig habló de su proyecto El Caparazón, un espacio TIC de educación y de la construcción colectiva de un mundo más horizontal, libre, democrático e igualitario. Reig Hernández es psicóloga y formadora.
Unas TICs en las que también se detectan brechas de género y que fueron objeto de análisis por parte de María Angustias Bartolomeu, experta en comunicación digital y asesora en TIC y género, que habló del liderazgo de las mujeres en las nuevas tecnologías y en redes.