Un tatuaje de una araña y la falta de dientes delataron al donjuán de Marín

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

SANXENXO

Atlas TV

Rodrigo Nogueira fue detenido en Ciudad Real tras cuatro meses huido de la Justicia

24 feb 2017 . Actualizado a las 12:18 h.

Los tatuajes que adornan distintas partes de su cuerpo y el hecho de que le faltaran varios dientes, una circunstancia que han venido poniendo de manifiesto las distintas víctimas contactadas por La Voz, terminaron por delatar a Rodrigo Nogueira Iglesias. El donjuán de Marín, según confirmaron desde Foro Lex Abogados, fue arrestado el pasado miércoles por la Policía Nacional en Alcázar de San Juan (Ciudad Real) después de estar los últimos cuatro meses huido de la Justicia.

A partir de su detención comenzó a contar el plazo de 72 horas que este cuerpo dispone para poner al arrestado a disposición de la Justicia. Está previsto que sea trasladado hasta Pontevedra, donde el magistrado Juan José Trashorras, titular del Juzgado de lo Penal número uno dictó en octubre una orden de búsqueda y detención. El problema es que constan resoluciones similares de otros tres juzgados españoles, entre ellos uno de Pamplona, por lo que esta comparecencia finalmente podría demorarse.

En todo caso, tanto Ruth Sala como Diana Otero, abogadas de un nutrido grupo de víctimas, defendieron que se decrete su ingreso en prisión provisional. Consideran que, a la vista de lo ocurrido estos meses, el riesgo de fuga es muy elevado.

En cuanto a las circunstancias de la detención, fue un vecino de Alcázar de San Juan el que se puso en contacto con la policía. Al parecer, se cruzó con Rodrigo Nogueira, que utilizaba en los últimos tiempos el alias de Ekaitz, en una tienda y le llamaron la atención los tatuajes, especialmente uno de una araña que el donjuán de Marín lleva en una mano, y la falta de varios dientes. Días después, leyó en Internet una serie de noticias sobre el sospechoso y ató cabos.

La policía estableció un operativo de seguimientos que fructificaron este miércoles. Se cree que tras pasar por Aranda del Duero, donde habría mantenido una relación con una joven, se estableció en un pueblo próximo a Alcázar de San Juan. Si en el pasado adoptó las identidades de un chef de prestigio o de un hacker, en Ciudad Real se transfiguró en un artista urbano del grafiti.

En el momento de su arresto, aparentemente, intentaba engatusar a una nueva víctima a la que había conocido a través de las redes sociales. Sería, según precisaron desde Foro Lex Abogados, la número 69.