La cerveza triunfa en una tabla de menús donde la innovación se va abriendo camino
28 jul 2016 . Actualizado a las 05:05 h.Con los termómetros sin bajar de treinta grados durante la mayor parte del día, las playas de Sanxenxo están abarrotadas. Un sol de justicia empuja a los bañistas a zambullirse más tiempo en el mar. Como no podía ser menos, también los lleva a acudir con más frecuencia a los chiringuitos a saciar la sed y, ya de paso, a sentarse un poco a la sombra y tomar un aperitivo, una tapa o un bocata.
Los menús pueden variar y los gustos de los clientes también, pero hay un factor común en los siete chiringuitos consultados ayer en los principales arenales. ¿Qué les piden más? Cerveza y agua, en este orden. Hay pocas cosas más agradables que refrescarse en una terraza después de un día de playa. Es lo que opina Marina Cortés, visitante de Ourense, sentada en una mesa del quiosco Moisés, en A Lanzada. «Tomé una caña, algún que otro pincho, de calamar y pimientos de Padrón», resalta. «Tomar algo aquí es muy cómodo, al lado de la playa, es importante para el relax, con esta tranquilidad», precisa. No es la única. La barra de este chiringuito, uno de los más veteranos sanxenxinos, es un continuo ir y venir de personas: que si una caña, que si un bocata, que si agua, que si un refresco, que si una tapa de tal o de cual.
Douglas Augusto dos Santos es el titular del Pe na Praia, también en A Lanzada. Su establecimiento ofrece la apuesta más diferente de este sector hostelero. «Soy especialista en cócteles y zumos naturales», indica. Este brasileño ofrece una carta muy refrescante y que tienta al paladar con sabores y mezclas poco habituales en una playa. Por ejemplo: lima con albahaca, limonada suiza, daiquiri de fresa, o de melón, o de sandía, piña con menta y naranja con jengibre. Se trata de sorprender al cliente con un producto de calidad, mientras suena una música apropiada para esta propuesta. «La novedad de este verano es el mojito de albariño, la gente está encantada», incide.
En el ámbito de las novedades, Nel Blanco Fontán destaca, del menú ofrecido en Areas, la pizza de pulpo. Es un producto que ha encontrado respuesta inmediata en muchos de los usuarios de la emblemática playa, donde a primera hora de la tarde no cogía un alfiler.
Los chiringuitos no están solo en los arenales grandes. De hecho, hay quien elige su playa en base a si los hay o no. La buena acogida de los bañistas disipa cualquier duda. Por ejemplo, en Paxariñas, Rafael Laredo no da abasto para atender a los clientes a las dos y media de la tarde. «Lo que más nos piden son navajas, sardinas asadas y pulpo gallego, y también Estrella Galicia, y albariño». Así que ya saben. Por oferta que no sea.
Los merenderos del litoral se llenan al mediodía con cientos de comensales
El pinar de Montalvo es enorme y a su sombra se distribuyen mesas y bancos de piedra donde estos días, al mediodía, es difícil conseguir un sitio libre. Familias enteras, aprovechando las vacaciones, ocupan todos los lugares imaginables para extender un mantel, abrir el táper y comer la típica ensaladilla o lo que toque en cada casa. Merenderos sin tanta sombra, como en Major, no están tan ocupados, pero a los turistas se les puede encontrar comiendo bocatas o ensaladas hasta en el mirador de Palacios.