Pinturas quemadas desvelan el ataque de Drake a Sanxenxo

Marcos Gago Otero
MARCOS GAGO SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

Salen a la luz restos de un retablo pictórico con una virgen y varios ángeles, datables en el siglo XVI

28 may 2016 . Actualizado a las 05:10 h.

Francis Drake, sir para los ingleses y pirata para los españoles, dejó una estela de destrucción a su paso por la ría hace algo más de 400 años. Se sabía que se cebó con algunas localidades, entre ellas Sanxenxo. A finales del siglo XVI, la villa era un foco de comercio y, al no estar protegida ni por murallas, ni por una guarnición, era relativamente fácil de atacar. Los británicos arramplaron con todo lo que pudieron.

En aquella época el edificio más importante era la iglesia. Es previsible que los vecinos se llevasen lo que había de valor, las custodias de plata y vestimentas sacerdotales, para protegerlas. Sin embargo, lo que no podían era llevarse las piedras del templo y este cayó en manos británicas, como el resto de la villa, hasta que Drake se marchó.

Esta es a grandes rasgos la historia conocida. Faltaban pruebas sobre el terreno. Hasta este mes. La retirada de los retablos de madera para su desinfección dejó al descubierto mucho más de lo que se suponía. El historiador local José Manuel Abel averiguó hace dos años que había restos de pintura en las paredes, a raíz de un examen con una cámara endoscópica. Lo encontrado ahora supera las expectativas.

Detrás del retablo del altar mayor apareció otro. Pintado. No eran solo trazos inconexos. Era una composición artística. «Es la Asunción de la Virgen», relata Abel, que se esfuerza por mostrar ángeles, de trazados más o menos nítidos, y la figura de los ropajes, los pies y una mano de la virgen. En otra parte de la nave se atisba la cabeza de un obispo con unas palabras en latín. Está muy dañado. El estilo de ambas pinturas es del siglo XVI y su interés aumenta al ver cómo se destruyeron. No fue por el mero paso del tiempo. Fue por fuego. Las paredes ardieron y todo parece indicar hacia un único candidato: Drake. «Las descalcificaciones que se ven en las pinturas son tan interesantes como las pinturas mismas, porque demuestran que hubo un incendio».

¿Pudieron los ingleses asolar el templo? Abel cree que sí y que no. Que sí, porque la flota inglesa, de fe anglicana, era iconoclasta -enemigos de las imágenes- y se les achacó la ruina de la capilla de Tambo en ese mismo ataque. Que no, porque no parece que derribasen el templo. «La iglesia era el mejor edificio de Sanxenxo, el más grande, quizás solo se alojaron aquí y hasta cocinasen dentro», precisa.

La rehabilitación del templo, que la parroquia y los fieles asumen en solitario por la falta de apoyo de otras instituciones, ha encontrado otro foco de pinturas. En la capilla de la Dolorosa, en el arco superior, hay todo un despliegue iconográfico, del siglo XVIII. Y es que San Ginés, hace varios siglos, era todo una explosión de color, no el granito desnudo que se ve hoy.