Cuando el apoyo de un compañero ayuda a evitar el acoso escolar

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Alumnos de tercero del IES de Sanxenxo inician su papel como tutores de los recién llegados de primero

05 mar 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Había nervios ayer por la mañana en el instituto de Sanxenxo. Nervios y también expectación porque el último turno de alumnos de tercero conoció a los jóvenes de primero a los que se ocuparán de tutelar. Es como una especie de hermano mayor. Implica a dos cursos y sirve para facilitar la integración de unos y crear hábitos de responsabilidad en los otros. Este programa tiene como último objetivo lograr la tolerancia cero en casos de acoso escolar y se está llevando a cabo también en el otro instituto del municipio, Vilalonga, donde se implantó con unas pocas semanas de adelanto.

La directora del IES de Sanxenxo, Alba Fuentes, explicó que en este programa, de carácter pionero, forman parte 84 alumnos de primero y 64 de tercero en calidad de tutores -con uno o dos alumnos a cargo- a los que hay que sumar otros ocho como colaboradores -que no tienen ningún escolar específico que tutorizar-. Fuentes manifestó que los profesores estaban «totalmente satisfeitos» de la recepción entre los estudiantes de este programa. «Os titores están moi orgullosos de dirixir aos pequenos, e os pequenos de ter alguén que os axude», relata. Es una experiencia de «educación emocional», como lo define Fuentes, una iniciativa destinada a fomentar los lazos de amistad y de apoyo mutuo en la comunidad escolar.

Además de resolver dudas y respaldar a los más pequeños, los tutores juveniles tienen el cometido de estar atentos a cualquier práctica de acoso escolar. Si detectan el menor indicio, entonces deben acudir a sus profedores y de la resolución del conflicto ya se ocupan los docentes. Todo está reglado para evitar problemas. No se deja nada al azar.

En la biblioteca, los estudiantes de primero fueron conociendo uno a uno a sus tutores de tercero. Juntos superaron la primera prueba de su nueva amistad. Tuvieron que rellenar un formulario y resolver un crucigrama, donde se mezclaban preguntas de contenido personal con otras más genéricas como cuál es el bocata más famoso de la cafetería o el nombre de la conserje.

Provistos de sus carnés identificativos, los tutores tendrán ahora todo un curso para avanzar en su tarea. En este programa actúan en el papel de los adultos. Así les había retado su profesora antes de entrar en la biblioteca. Ahora lograrlo depende de ellos.