Tiempos revueltos en el PP

La Voz

SANXENXO

Jacobo Moreira, esta semana, en A Canicouva, donde se proyecta la planta de compost.
Jacobo Moreira, esta semana, en A Canicouva, donde se proyecta la planta de compost. ramón leiro< / span>

El desmarque de Jacobo Moreira con el compost; el retorno a Sanxenxo de Telmo Martín y el envite judicial de Rafael Louzán añaden convulsiones en el partido de Rajoy

28 feb 2015 . Actualizado a las 20:52 h.

La última sucesión de acontecimientos en el PP provincial me traen a la cabeza el título de aquella teleserie Amar en tiempos revueltos.

Ciertamente son tiempos revueltos en la casa del Partido Popular de Pontevedra que une a la agitación previa a unos comicios, la sobrevenida por otros episodios tanto propios como ajenos.

El desmarque de Jacobo Moreira respecto a la supuesta tesis oficial del partido -si como tal interpretamos la decisión de la Diputación de apoyar la planta de compostaje de basuras- es una apuesta unilateral del jefe de la oposición municipal en Pontevedra que se posiciona frente al proyecto que abanderan el alcalde Lores, el Bloque, Louzán y el organismo provincial que preside.

La decisión de Moreira Ferro, fundamentada en que existe una creciente oposición de ciudadanos al emplazamiento elegido en A Canicouva, constituye el gesto más firme que hasta ahora se le conocía al aspirante del PP a la alcaldía de Pontevedra. Sin duda, desde el viernes, su candidatura dispone de un cimiento más sólido, al enraizarse con una cuestión de notable preocupación social y que cada vez tiene mayor influencia en las próximas elecciones municipales.

Mientras Jacobo fortalece su imagen, su antecesor retorna a los orígenes. Telmo Martín es la tirita del PP a la herida de Sanxenxo. La vuelta del otrora alcalde es ¿la mejor solución? de que dispone el partido de la gaviota para evitar la pérdida de una plaza a la que siempre han otorgado valor añadido.

Nadie discute que Telmo aportó, en los ocho años de mandato en la villa, un sello indeleble con grandes aportaciones pero, probablemente también severos errores. El rescate del puerto deportivo y el impulso urbanístico con la aprobación del PXOM fueron sus grandes aciertos, pero también cavaron los mayores pufos que se originaron.

El entramado de empresas que se mueve en torno al Puerto Juan Carlos I ha sido un marrón mayúsculo que le dejó a Catalina González como tantas veces proclamó la sucesora de Telmo. Y el Plan Urbanístico alimentó el bum inmobiliario hasta que la burbuja estalló dejando clamorosos clavos como Monte Faro, Casas de Maralta y la atrocidad de Punta Festiñanzo, donde se deforestaron hectáreas y hectáreas de terreno que ahora son un monumento a la nada.

Telmo Martín parecía suficientemente amortizado para el PP con sus dos mandatos como alcalde de Sanxenxo y sus dos tentativas frustradas de hacerse con el bastón de mando en Pontevedra como para sacarlo de su cómodo escaño en el Congreso y traerlo de vuelta a la guerra de guerrillas. Salvo que ese retorno tenga otra compensación. Y aquí enrosca el tercer episodio: el envite judicial que afronta Rafael Louzán.

La decisión del juez Hermo de mantener las actuaciones contra el actual presidente provincial del PP y titular de la Diputación, por presunto delito de cohecho continuado, constituyen una incomodidad en los planes de inmediato futuro del político arousano.

Louzán puede y, de hecho, ha dicho que concurrirá a los comicios del 24 de mayo en la lista de Salomé Peña en Ribadumia para revalidar su acta de concejal en ese municipio. Se trata de una condición previa, indispensable para después plantearse revalidar como presidente de la Diputación de Pontevedra. Siempre y cuando se den dos condiciones: que el PP reúna los votos suficientes en los partidos judiciales y que el propio Louzán sea el candidato.

Si no fuera Louzán el elegido, ¿les parece que Telmo Martín podría tener opciones?