La reforma de la carretera PO-308 no comenzará hasta el 2016

Marcos Gago Otero
marcos gago SANXENXO / LA VOZ

SANXENXO

La falta de seguridad vial en la carretera PO-308 es una queja común de vecinos y visitantes.
La falta de seguridad vial en la carretera PO-308 es una queja común de vecinos y visitantes. M.G.< / span>

El vial se financiará con fondos de la Unión Europea y se licitará a finales de este año

15 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Las máquinas y obreros empezarán a trabajar en la reforma de la seguridad vial de la PO-308, en Sanxenxo, en el 2016, según una portavoz de la Consellería de Medio Ambiente. No se puede hacer antes porque la financiación de los trabajos, ligada a fondos de la Unión Europea, no puede emplearse en este año, donde solo podrá salir a concurso la obra. Es decir, si todo transcurre conforme al último cronograma de la Xunta, el verano del 2015 será el último en que los miles de viandantes arriesgarán su vida al transitar por una carretera sin aceras ni arcenes, en el principal municipio turístico de Galicia.

En unos días se cumplirán cinco años desde que la Xunta, allá por marzo del 2010, aprobó el proyecto inicial de reforma de la PO-308 entre Portonovo y A Lanzada, en Sanxenxo. Desde entonces se han sucedido los trámites administrativos y las modificaciones del proyecto, consensuadas con vecinos y Concello, un proceso que ha llevado su tiempo porque el primer proyecto causó el rechazo de los afectados y del gobierno local y hubo casi que empezar de cero a reformularlo.

Los terrenos están también a disposición de la Xunta, cedidos por los afectados desde hace tiempo, a diferencia del vecino Poio, donde la Administración autonómica se aferra a que los poienses no le han dado los terrenos para eludir la licitación de la obra. En Sanxenxo, lo único que le falta a la Consellería de Medio Ambiente para poder cumplir, de una vez por todas, con sus reiterados anuncios de licitación de la obra es el dinero. Y ese dinero ingresará en poco tiempo en las arcas autonómicas.

El único aspecto que dilatará un poco más el trámite -es de esperar que sea el último de lo que muchos afectados definen como carrera de obstáculos- se encuentra en que como los fondos para financiar la obra proceden de Europa, los trabajos solo podrán empezar a materializarse en el 2016, no antes, por razones burocráticas.

El departamento autonómico explicó que «nas previsións da consellería está actuar a curto prazo para a mellora da seguridade viaria desta estrada no concello de Sanxenxo». Se tratará de una obra que se licitará en el actual ejercicio, tal y como se comprometió la conselleira de Medio Ambiente, Ethel Vázquez, en una visita a la comarca de Pontevedra el pasado enero. Una portavoz de la consellería añadió recientemente: «Esta actuación vai ser financiada cuns fondos europeos que non estarán dispoñibles ata xaneiro do ano 2016, pero que poderán ser utilizados xa para licitar a finais deste 2015».

No caben ya más excusas para dilatar los plazos. Si lo único que faltaba para este proyecto de reforma vial es el dinero, la Xunta pronto podrá disponer de él. Desde la consellería se sostiene que la garantía es total. «Que a obra estea vinculada a estes fondos é bo porque, aínda que é certo que retrasou os prazos, asegura a súa execución», sentencian desde Medio Ambiente.

Expectación vecinal

En un entorno de nueve kilómetros de carretera se encuentra una de las mayores concentraciones de hoteles, cámpings, playas de renombre como A Lanzada, Major y Montalvo, y un tirón turístico sin parangón en Galicia durante el verano. Precisamente por todas estas circunstancias, unidas a la falta de servicios y de seguridad en la carretera autonómica, los vecinos y afectados constituyeron una plataforma hace cinco años y a la que se le ha agotado la paciencia.

En su último comunicado de prensa, este colectivo fue crítico con los anuncios y reclamó soluciones. «Nos sentimos anulados y abandonados por nuestros políticos, que no se vuelvan a equivocar con más promesas, no las queremos, necesitamos hechos», señalaban en su último informe público.

Solo basta una visita a la zona para comprobar sobre el lugar la validez de las quejas vecinales. Se descubre una carretera sin aceras, escasos arcenes, sin pasos de cebra y sin apenas seguridad vial.