Lores: «Nesta cidade meten máis medo as bicis e os patinetes que os coches»

Serxio Barral Álvarez
Serxio barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

S.B.

El alcalde justifica la implantación de la «zona 10» porque «é de sentido común»

21 sep 2019 . Actualizado a las 05:00 h.

«As rúas da cidade non son para correr, son para convivir, para mercar, para xogar, para pasear... Nunha cidade non se corre. Nin en bicicleta nin en coche. É de sentido común». El alcalde de Pontevedra. Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), tiene claro que la medida anunciada esta semana por su gobierno de implantar una velocidad máxima de 10 kilómetros por hora en las calles de plataforma única será bien aceptada por los conductores. Principalmente, porque en esas calles en las que conviven peatones y vehículos motorizados «xa non se cumpre a limitación de 20 por hora: os coches van máis a modo pola presión peonil. En Pontevedra, os coches xa están amaestradiños».

Así, la «zona 10» está más pensada para regular tanto el tránsito ciclista como de vehículos de movilidad personal, es decir, patinetes y demás. Y es que como afirma Lores, «nestas rúas de convivencia agora meten máis medo as bicis e os patinetes que os coches, por iso temos que tomar medidas».

En un desayuno con la prensa para anticipar las líneas maestras del nuevo curso político, Lores insistió en su idea e ciudad calmada, de tráfico «indispensable» y que sea un motor de cohesión social y de dinamismo, que respete el medio ambiente, que fomente la actividad económica y que contribuya a la lucha contra el cambio climático.

«Dende o Concello podemos chegar ata onde podemos chegar -aseguró el alcalde-. E a nosa obriga é facer que a cidade sexa más atractiva para o turismo, promover o comercio local facendo rúas más humanizadas e impedido a chegada de grandes superficies, mellorar os servizos para os cidadáns...».

Fernández Lores insistió en que el modelo urbano no está agotado. «A xente pide que chegue ata a súa casas, e neste mandato imos dar un pulo impresionante en Mollábao, en San Roque, en Loureiro Crespo. O modelo non está esgotado porque aínda non está rematado»,

También aludió el alcalde a la campaña Efecto PO2, que será uno de los ejes del mandato. «Moitos cidadáns non son conscientes do que levamos feito. Por exemplo, de que reducir o tráfico supón reducir emisións de gases e loitar contra o cambio climático».

«Estou contento porque vexo ao goberno activado e ilusionado»

Este curso político que acaba de iniciarse es también el del arranque del mandato municipal en el que, después de cuatro años gobernando en solitario, Fernández Lores ha reeditado el pacto con el PSOE y vuelve a contar con concejales socialistas en su gobierno.

En este sentido, el alcalde se mostró más que satisfecho del acuerdo alcanzado y de su funcionamiento. «Estou contento -afirmó- porque vexo a todo o goberno activado e ilusionado».

Ya concretando algunas de las cuestiones que afectan directamente a las áreas de gestión de los nacionalistas, anunció que el Concello contará con «un corpo de inspectores» para «detectar canto antes» cualquier necesidad en materia de mantenimiento de los espacios urbanos; o que sigue habiendo «contactos permanentes» con la Xunta para avanzar en el plan de transporte y que puede haber novedades pronto.

Con la basura, como con el agua: que pague más quien más utilice el servicio

El nuevo contrato de limpieza es uno de los «trabajos esenciales» del gobierno local para el actual mandato. Lores recordó que, al igual que sucedió con el de abastecimiento de agua -que salió a concurso hace un año-, el contrato de basuras tiene más de veinte años y que la ciudad ha cambiado sustancialmente en este tiempo.

Si bien es probable que la parte más importante del contrato -la recogida de basuras, que ha de incorporar el compostaje- no vea la luz antes de dos años, sí se prevé que a corto plazo pueda salir a contratación la parte de limpieza de dependencias, y después el de limpieza viaria. «Temos que dar un salto de calidade importante -aventuró Lores-, porque a cidade ten máis xente, máis espazos públicos, máis zonas verdes».

Es previsible que el servicio sea más costoso que el actual, pero Lores insistió en que no entra en los planes del gobierno local incrementar el recibo que pagan los ciudadanos. «A nosa intención é rebaixar o recibo ou cando menos que non se incremente», señaló, pese a que haya que pagar más a la empresa.

Evitar el déficit

¿Cómo se consigue eso sin que el servicio sea deficitario, que es uno de los máximas económicas de los gobierno de Lores desde hace veinte años? Pues aplicando lo mismo que con el nuevo contrato del agua: que pague más quien más utilice el servicio. En el caso del agua, se cobrará por consumo. En el de la basura, tendrán que pagar más los «grandes productores» de residuos. Es decir, hospitales, supermercados, restaurantes, hoteles... Por poner un ejemplo, el alcalde citó que la producción de basura de la Ciudad Infantil Príncipe Felipe equivaldría a la de tres mil usuarios domésticos.