La corrida de toros de A Peregrina que ya no podrá ser

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

El empresario Eduardo Lozano reconoce que había pensado en Fandiño para la próxima feria

20 jun 2017 . Actualizado a las 05:05 h.

Debutó en el coso de San Roque la tarde del 12 de agosto del 2012 encerrándose con cuatro victorinos. Y abrió la puerta grande de la plaza de toros de Pontevedra. El diestro de origen gallego Iván Fandiño aún regresaría a la arena del Lérez en el 2013 y 2014 cosechando en ambas ocasiones triunfos que le permitieron abandonar la plaza a hombros.

La muerte del espada este fin de semana ha dejado a Pontevedra huérfana de uno de los toreros que, a priori, iban a encabezar los carteles de la próxima feria de A Peregrina. Así lo reconoció ayer el empresario Eduardo Lozano: «Era uno de los que tenía en mente para poder hablar con él».

A pesar de no ser de los toreros que más veces han saltado al ruedo pontevedrés, lo cierto es que su paso por la ciudad ha dejado huella, tal y como confirmaban ayer distintos aficionados. A fin de cuentas, pocos son los espadas cuentan sus participaciones en la ciudad como triunfos.

En el 2012, compartió espacio con el rejoneador Diego Ventura, en lo que también fue su primera aventura en la capital del Lérez. Fandiño brilló como lo hizo a lo largo de la temporada, una constancia que finalmente le valió ser galardonado con la Oreja de Oro al triunfador de la temporada, un trofeo que concede Radio Nacional de España que volvería a llevarse un año después.

En el 2013, y completando una terna en la que estaban El Fandi y El Cordobés, el matador de origen gallego le arrebató las dos orejas a su segundo en la tarde que cerraba la feria de aquel año. Lo que no gustó nada fue el hecho de que le brindase la faena a Isabel Preysler, que se encontraba entre el público. Fueron los únicos pitos que se escucharon en el desarrollo de su faena.

Doce meses después, los pontevedreses asistieron a lo que fue la última aparición del vizcaíno en la ciudad de Pontevedra. Al igual que había ocurrido un año más, su toreo fue de menos a más. Si con el primero de su lote quedó a las puertas de conseguir algún triunfo, a su segundo le cortó las dos orejas y, con ello, descerrajó la puerta grande del coso de San Roque por tercer año consecutivo.

La afición ya no podrá disfrutar del temple, el arte y el buen hacer de un matador que, en la actualidad, se encontraba en la parte alta del escalafón taurino. En lo que va del 2017, había actuado tres tardes en Las Ventas (Madrid), «la última el pasado 29 de mayo antes de torear en Plasencia e Inca el pasado fin de semana, donde obtuvo la última puerta grande de su brillante trayectoria», recogían ayer en el portal especializado Mundo Toro.

Luego vendría la corrida de Aire-Sur-l’Adour, donde una concatenación de mala suerte selló el trágico destino de Iván Fandiño. No en vano, el astado que acabó con su vida no era de los de su lote, sino que le había tocado en suerte a su compañero de cartel, Juan del Álamo, por lo que Fandiño se estaba limitando a hacerle un quite. El vizcaíno, además, tuvo la mala suerte de que, tras un primer empellón, sus pies se enredaran con el capote lo que le hizo caer al suelo donde fue alcanzado por Provechito, de la ganadería de Baltasar Ibán.

Desgraciadamente, Pontevedra ya no podrá contar con este torero nacido en Orduña de progenitores gallegos -su madre nació en la aldea de Figueroa y su padre en Oza dos Ríos-, por lo que Eduardo Lozano está ultimando el cartel definitivo. «Lo quiero terminar esta semana», si bien mantiene la intención de repetir la fórmula del año pasado: «Tres corridas de toros, una de ellas mixta con Diego Ventura».

Entre los nombres, «figuras y gente joven. Los triunfadores de Madrid y novedades.... Los dos que han salido por la puerta grande. Haremos una mezcla de veteranía y juventud».