Un pontevedrés, entre los denunciados tras desmantelarse un taller clandestino de armas

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

GUARDIA CIVIL

La Guardia Civil le imputa una infracción grave que puede acarrearle hasta 30.000 euros de multa

10 jun 2017 . Actualizado a las 18:06 h.

Tras varias semanas de indagaciones, la Guardia Civil ya ha identificado a los propietarios de la veintena de armas de fuego que fueron intervenidas el pasado marzo al desmantelarse un taller clandestino de reparación ubicado en Tomiño. Entre estos se encuentra un vecino de la ciudad de Pontevedra, que ha sido denunciado en vía administrativa como supuesto autor de una infracción grave a la Ley de Seguridad Ciudadana en concordancia con el Reglamento de Armas.

En la misma tesitura se encuentran cinco vecinos de Tui, dos de O Rosal, otros tantos de Tomiño, O Porriño y Gondomar. Asimismo, se han localizado propietarios en A Cañiza, Vigo, Oia y Ponteareas, mientras que los dos restantes residen en las localidades de Lugo y Ourense. Todo ellos pueden ser sancionados con una multa que, según la normativa vigente, puede moverse entre los 601 y los treinta mil euros.

Expediente administrativo

En este sentido, desde la Comandancia de la ciudad del Lérez precisaron que será la Subdelegación del Gobierno en Pontevedra el organismo encargado de resolver los expedientes sancionadores que se incoaron al efecto. Su resolución podrá ser recurrida, inicialmente, ante la propia Administración y, posteriormente, ante uno de los juzgados de lo Contencioso de Pontevedra.

Estas actuaciones administrativas son consecuencia de la operación Susurro que se desarrolló el 16 de marzo. Aquel día, los agentes del Grupo de Información de la Comandancia de Pontevedra detuvieron a un vecino de Tomiño al que acusaron de la comisión de un presunto delito de tenencia, tráfico y depósito de armas y municiones.

No en vano, en un galpón anexo a su domicilio, disponía de lo que fue descrito como un taller clandestino de reparación de armas. De hecho, se decomisaron una importante cantidad de armas de caza, pero también armas cortas y abundante munición -quince mil cartuchos de distintos calibres, otros 68 de guerra del calibre 7,62, junto con 650 de varios calibres para arma corta y 1.550 para arma larga-.

Los agentes de Intervención de Armas del instituto armado pontevedrés resaltaron que, aunque todas estas armas estaban perfectamente documentadas y autorizadas, habían sido ilegalmente cedidas de forma temporal para su reparación en este taller clandestino.