Una despedida por todo lo alto

Aleixandre Méndez
Aleixandre Méndez PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El Teucro levantó el trofeo de campeón de División de Honor Plata en una jornada festiva

14 may 2017 . Actualizado a las 23:50 h.

El Teucro celebró ayer con su afición su título de campeón de la División de Honor Plata y el ascenso a Asobal con una fiesta que puso el broche a una temporada para recordar. Con el objetivo ya conseguido, el partido de ayer ante el Bordils fue solo una excusa para disfrutar de una jornada festiva y de comunión con una grada que ha disfrutado durante todo el curso con un equipo que no perdió ni un solo partido en casa. Y la afición no faltó a su cita viviéndose un gran ambiente en la despedida de la temporada.

La directiva preparó para la ocasión varias actividades para agradecer a sus socios y seguidores su apoyo durante toda la campaña, y ni siquiera el mal tiempo impidió que la afición respondiese a la llamada. La lluvia que cayó durante buena parte de la jornada dio, al fin, un respiro a media tarde, y la carpa instalada en la entrada del Municipal, con cerveza, refrescos y comida gratis para los aficionados supuso el preludio del ambiente que se viviría dentro del pabellón. Por delante quedaba un partido intrascendente, en el que el único aliciente era brindar una nueva victoria a la afición para alcanzar la mágica cifra de los 50 puntos y mantener la imbatibilidad como locales.

Y así, tras el final del encuentro, llegó el momento de celebrar por todo lo alto el fruto de meses de esfuerzo. Con un gran montaje de luz -azul, por supuesto- y sonido en el pabellón, los jugadores fueron subiendo uno a uno al estrado instalado para la ocasión, mientras una pantalla gigante reproducía imágenes de los mejores momentos del equipo. Y fue entonces cuando el capitán, Carlos García, tomó la palabra para entonar la Rianxeira y levantar a la grada antes de «agradecer ás nosas familias» el apoyo incondicional «por estar sempre ahí» en los momento difíciles.

Orgullo y valores

Tras él, Quique Domínguez dejó por una vez a un lado la sobriedad que siempre le acompaña para recordar en un emocionante discurso el aplauso que le brindó la afición el año pasado en la despedida de Asobal, con el equipo ya descendido. «Un aplauso de esos que no se olvidan», gritó como la voz rota, de «los que siempre estáis ahí en los momento difíciles». «Estamos orgullosos de lo que hacemos -prosiguió-. Somos el Teucro, y estamos en Asobal otra vez», recalcó aclamado por la grada. Y tras agradecer el trabajo de su equipo de colaboradores, concedió el protagonismo a una plantilla de jugadores de los que destacó que «han sido humildes y se han dejado la piel», antes de proclamar el orgullo por mantener los valores del Teucro, «que ya estaban aquí cuando yo de niño venía a ver a mi padre jugar».

A continuación, antes de levantar la copa de campeones, fue el presidente del club, Carlos García Alén, el que tomó la palabra para mostrar su «orgullo de ser del Teucro». Y lo hizo invitando a aficionados, empresas e instituciones a acompañar al equipo en una nueva e ilusionante aventura del equipo azul en Asobal. Un merecido premio para un Teucro que está de vuelta en la élite del balonmano nacional.

Los azules vencieron al Bordils y cierran la liga sin conocer la derrota en casa

El orgullo que demostró durante todo el curso, y que tanto destacó Quique Domínguez en su discurso previo a recoger el trofeo de campeón, volvió a ser decisivo para que el Teucro no dejase escapar la victoria en el partido de su despedida de la temporada.

El técnico teucrista no perdió la oportunidad de premiar a algunos de los que menos minutos tuvieron durante la campaña, y ninguno de ellos defraudó. Y eso que, enfrente, tuvo a un Bordils que no quiso ser una mera comparsa.

Así, el partido, aunque con un ritmo más bajo de lo habitual, estuvo marcado por las alternativas en el marcador en el primer período. El equipo gerundense, sin nada en juego, luchó por dar la campanada y poder decir que había logrado derrotar al campeón en su casa. Pero los azules, empeñados en brindar otra alegría a su afición, se lo impidieron pese a que al descanso el 12-11 que reflejaba el marcador auguraba que tendrían que emplearse a fondo para lograrlo.

Y así lo hicieron. Tras el paso por vestuarios, el Bordils volvió a apretar, estimulando a un Teucro que demostró en muchas ocasiones este curso que siempre da la cara cuando las cosas se ponen cuesta arriba. De hecho, fue cuando se vio por debajo en el electrónico cuando llegó la reacción definitiva, con un cuarto de hora final impecable que le dio una nueva victoria con la que cierra otra temporada inolvidable.

26 - TEUCRO: Lloria, Quintás (2), Iván Fernández (3), R. Pedreira (2), Altirriba (1), Dani Hernández (4), Iglesias (6) -siete inicial-, Santana, Silva (1), Méndez (1), Samu Gómez (1), C. García (5), Pichel, Garrido, Rial, Campo.

20 - BORDILS: González, Farrerons (1), S. Mach (1), Prat (4), Huix (5), Montes (2), F. Reixach -siete inicial-, Palahi (3), Maso, Vilanova, D. Mach, Moreno (1), Pou, Martínez, J. Reixach (3).

Parciales cada cinco minutos: 1-1 (5’), 3-4 (10’), 6-5 (15’), 8-6 (20’), 10-9 (25’), 12-11 (descanso), 14-13 (35’), 17-17 (40’), 18-18 (45’), 21-19 (50’), 25-19 (55’), 26-20 (final).

Árbitros: Rodríguez Díaz y Fernández García. Exclusiones: Pichel, Quintas (2), Pedreira y Rial, del Teucro, y a Sergi Mach, Prat y Pou, del Bordils.

Incidencias: Municipal de Pontevedra, ante unos 1.500 espectadores.