«Me entreno en una habitación completamente acolchada con las ventanas tapiadas»
PONTEVEDRA CIUDAD
a Carlos Abelleira su vocación se le apareció un día caminando por la Alameda de Pontevedra. Vio a un muchacho lanzando botellas al aire y recogiéndolas al vuelo en una pirueta que parecía no tener fin y con 20 años supo a qué quería dedicarse. «Soy muy competitivo, pero conmigo mismo», dice. Tres años después ganó su primer campeonato y diez después, ayer, dio una exhibición en el CEIP Paseo das Pontes que mantuvo a una multitud en un eterno ay. «A la gente le gusta que lance la botella, pero que caiga le gusta más», bromeó.
-¿Cuánto se entrena?
-Importa más la constancia que las horas, pero antes de un año veo complicado hacer algo.
-La botella nunca puede quedar boca abajo.
-Claro, está abierta y tiene líquido dentro. La técnica es dominar cada movimento de forma aislada y después ir enlazándolos.
-¿Inventa coreografías?
-Cuando trabajo, no. Necesitas un dominio total. Me entreno en casa de mis padres en una habitación totalmente acolchada a la que tapié las ventanas.
-¿Tiene demanda?
-Hago alrededor de doscientas actuaciones al año y empleo a dos personas. Desde hace ocho meses tengo un negocio especializado en productos de coctelería, La Tienda del Cóctel.
-¿Dónde actúa?
-En bodas, en eventos para marcas de bebidas... y en actos como el de hoy, con alumnos de hostelería, o en cursos para profesores, para mí muy satisfactorios.