«El fin del mundo» tras los kioscos

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

Dos de las exempleadas en Pontevedra de Regaki aprovecharon los primeros meses de paro para sacarse la ESO, y todos acaban de comenzar la búsqueda activa de empleo

19 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

«No es el fin del mundo». Lo dice Carlos, uno de los nueve trabajadores que tenía la Rede Galega de Kioscos en Pontevedra y uno de los quince entre la ciudad del Lérez y A Estrada. Él, al igual que sus excompañeros Celia y Amalia, entre otros, acaban de ponerse a buscar trabajo en serio unos meses, desde principios de año. Hace unas semanas le llamaron para ofrecerle un puesto a media jornada, pero no encaja en sus planes laborales. Desde que desaparecieran sus puestos de trabajo solo estuvo un mes empleado, sustituyendo a parte de la plantilla de los puntos de venta de Xoán XXIII. Desde entonces y hasta este año seguía pendiente de la llamada de los nuevos concesionarios de parte de los puestos de venta de prensa, los exdirectivos de Regaki Manuel Quiñones y Ramón Sande, unidos en Kioscos de Galicia (Kigal). Sabe que, tan pronto reabran los stands que tienen en Pontevedra, volverán a contar con él.

Igual que con Amalia. También pasó el primer año tras la disolución efectiva de la empresa dependiente de Cogami confiada en la inminente reapertura de los puestos. Aún ahora lo está. Pero, entre tanto, aprovechó para sacarse la ESO. Lo hizo en la Escola Pública de Adultos Río Lérez. Sacó un notable en Matemáticas y se le atragantaron el Inglés y Lengua. Una vez con el título en la mano, se centró en buscar trabajo. En los últimos seis meses ha hecho cuatro entrevistas y todavía está pendiente del resultado de la última, en la que tiene puestas muchas esperanzas. Las mismas que le cuesta perder en ocasiones cuando tras una negativa laboral llega otra.

Mientras, sigue haciendo cursos. En este momento está realizando uno de monitoria de comedores escolares, aunque se niega a renunciar a la idea de que los empresarios de los kioscos cumplan su promesa de volver a ponerlos a funcionar. Saben que en A Coruña lo hicieron y creen que Pontevedra podría ser la siguiente. Pero, ante la duda, sigue preparándose.

Verano movidito y fructífero

Celia hizo lo mismo, y le dio la vida: «Me distrajo tanto ir a clase, estaba agobiada por un lado por tener que volver a estudiar, y tan contenta por otro; además, conocí a gente de mi edad, y teníamos que hacer trabajos escolares como los niños»; recuerda con una sonrisa. Al final, hasta los adolescentes que estudiaban en la EPA de Marín les pedían los apuntes a los mayores. Coñecemento do Medio era la que mejor se le daba, junto con Matemáticas.

Por las mañanas durante tres meses iba a un curso de Ofimática que ofrecía la ONCE de 9 a 13 o a 14 horas, salía, preparaba la comida y a las 16.30 entraba en la escuela los días que tenía tutoría. Los que no, a las 18.30 horas. Y salía a las 22.15 horas. «Y a veces tenía que quedar con otros compañeros para hacer trabajos en grupo», puntualiza. Así que, para ella, reconoce «fue un veranito movidito y muy fructífero».

Tanto, que mientras estaba sacándose la ESO la llamaron para un trabajo. Era en Vilagarcía, en un negocio de hostelería, y le gustaba mucho la idea. Pero sus hijos, los dos universitarios, la convencieron de que no dejara los estudios una vez los había comenzado. Les hizo caso, y en este mes y medio que lleva buscando trabajo concienzudamente ha hecho una entrevista más, aunque para un puesto que no se ajustaba a su perfil. Y sigue sin perder la esperanza: «Yo, la experiencia de buscar y no surgirme ofertas no la tengo. Si en unos meses me salió una opción buena, malo será que en este año, hasta que se nos acabe el paro en agosto, no salga una entrevista con el verano por delante», dice.

Diversa atención de Cogami

En lo que sí difieren algo los extrabajadores de Regaki en Pontevedra es en la atención que han recibido por parte de Cogami tras la disolución de la empresa. Algunos aseguran que sí se preocupan por ellos y les ayudan activamente en la búsqueda de nuevos empleos; otros, que apenas han vuelto a tener noticias de la entidad tras quebrar la firma de kioscos. Y tan solo Isabel Veiga ha rehecho su vida laboral de forma estable.