Kevin Presa o la progresión sin fin del mediocentro total

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

Los dos goles anotados frente al Valladolid B suponen un nuevo salto de calidad en su imparable evolución

16 mar 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Con solo 22 años, Kevin Presa ha conseguido situarse en el podio de las promesas más firmes del fútbol gallego. Apenas tres años y medio después de su debut con el primer equipo del Pontevedra, el mediocentro de Ponteareas se ha convertido en todo un referente del club granate, al que llegó en edad juvenil y en el que ha ido subiendo escalones, desde Preferente hasta Segunda B, trazando una progresión imparable. Sus dos goles frente al Valladolid B el pasado domingo han sido solo una muestra más del amplio abanico de soluciones que aporta al equipo. Pero más allá de esta actuación puntual, quienes comparten cada día jornadas de trabajo con él destacan su mentalidad y carácter como clave de su progresión.

En este sentido, su compañero Bruno, que coincidió con él desde su etapa en el juvenil granate, no tiene dudas del potencial de Kevin. «Como jugador es súper intenso, con mucho recorrido, buen golpeo de balón... Es muy completo», destaca el central redondelano. Pero, por encima de sus cualidades futbolísticas, Bruno pone el acento en su personalidad. «Es un 10 como persona. Tiene un carácter fuerte, y lo que más llama la atención es que nunca se viene abajo, sabe sobreponerse a todo», desvela. Una valoración con la que coincide otro de los que le ha visto crecer como Edu, que ha convivido con él estos tres años y medio en el primer equipo y comparte habitualmente habitación en los desplazamientos. «Es un jugador en constante crecimiento, que conoce bien sus virtudes y sabe explotarlas», explica el guardameta respecto a sus condiciones futbolísticas. Pero, al igual que Bruno, pone en el foco su carácter. «Es una persona que, cuando ha recibido críticas del exterior por un supuesto mal momento, ha sabido sobreponerse a ellas», ensalza. «Es un futbolista que siempre quiere más -prosigue-, pero lo hace en silencio. Es una persona que te hace aprender», añade.

Un camino con adversidades

Sin embargo, pese a estar saboreando ahora las mieles del éxito, su camino en el fútbol no ha sido sencillo, moldeando su carácter a base de golpes. Kevin empezó a jugar en edad benjamín en equipos del entorno de Ponteareas hasta que en su primera temporada como juvenil se fue al Sárdoma. Al año siguiente, hizo las maletas para jugar en el Noja cántabro, pero un problema con su ficha, al negarse su anterior club a darle la baja federativa, le llevó a pasar un año en blanco. Y fue entonces cuando se cruzó en su camino el Pontevedra, que le reclamó para su equipo juvenil de División de Honor.

Esa llamada parecía, en un principio, la luz al final de aquel túnel. Pero su calvario personal todavía no había terminado. En agosto, Kevin sufrió una rotura de ligamento cruzado que le obligó a pasar prácticamente otro año en blanco. Pero entonces, la fortaleza mental que destacan en su entorno le permitió no perder la esperanza, y tras regresar a los terrenos de juego en el tramo final de la liga, el premio le llegó la temporada siguiente. Esa campaña la inició en el filial granate en Preferente Sur a las órdenes de Manu Fernández, y cuando el técnico sustituyó a Nando al frente del primer equipo, no tuvo dudas en darle la alternativa, haciéndole debutar un 17 de noviembre del 2013 frente al Cerceda.

A partir de ese momento, su consolidación como titular fue cuestión de semanas. Y ni siquiera la llegada de un buen puñado de refuerzos para esa demarcación en los últimos años han logrado apearle del once. Un premio a su trabajo que el propio jugador, de discurso templado pero directo, justificaba ya en la última temporada del equipo en Tercera en base al trabajo constante. «He visto partes muy feas del fútbol que me sirvieron para hacerme fuerte y poder salir adelante», explicaba entonces.

Ahora, quienes le rodean no tienen dudas de que su techo todavía está lejos. «Le veo una progresión constante. Está a un nivel espectacular, pero eso es algo que en el equipo ya no nos sorprende», defiende Edu. «Lleva todo el año haciendo un temporadón, no por los dos goles del otro día es mejor», añade Bruno. Por ello, ambos coinciden en una idea. «Su techo será el que se marque él», apuntan. Un planteamiento que el propio Luisito, cuando le señaló como uno de los once mejores jugadores gallegos de futuro en el 2015, ya compartía. «É a miña aposta e non me vou a equivocar», predecía el de Teo.