Anda revuelto el patio político ante la posibilidad de que el BNG y Marea puedan conformar una «colaboración estable» en el Concello (según el alcalde) o una «maioría de progreso» (en versión de Xoán Hermida, coordinador de Marea). Y anda revuelto principalmente porque hasta hace bien poco Marea era el principal azote del gobierno local. Fue prácticamente durante el primer año del mandato, cuando por incomparecencia del PP y del PSOE, Luís Rei se convirtió en el auténtico líder de la oposición municipal. Luego los dos partidos «históricos» recondujeron su estrategia.
La rueda de prensa de Rei y Hermida el pasado viernes ofreciéndose al BNG supuso una sorpresa para casi todos. No lo fue tanto para el gobierno local, que según desveló el alcalde, venía manteniendo «contactos máis ou menos regulares» con Marea desde que poco antes de Navidad girara radicalmente en su posicionamiento ante el presupuesto municipal. Un documento del que el propio Rei afirmó en su día que «podería asinar Donald Trump» y que finalmente fue aprobado gracias a la abstención de Marea.
En el BNG sí sorprendió que se hicieran públicos esos contactos antes de que fructifiquen en un acuerdo concreto o se rompan definitivamente.
Al hacerlo público, lo que ha hecho Marea es darle visibilidad y forzar al gobierno local a mover ficha. Y si Lores aludía este pasado lunes a «contactillos», Rei y Hermida quieren que cuanto antes se hable de contactos formales, cuando no de negociación.
Para ello han remitido un documento al gobierno local con más de medio centenar de medidas concretas. Rei fía que haya posibilidad de acuerdo a una cuestión «cuantitativa»: del número de coincidencias dependerá que se siga hablando o no. Todo un regalo envenenado.
Lo único que ha trascendido de dicho documento es que se divide en seis bloques temáticos que conformaron el eje del programa de Marea Pontevedra en el 2015. Tres están ya incluidos en las enmiendas que aceptó el BNG para sacar adelante los presupuestos: políticas sociales, cooperativismo y economía social, y transporte. Otros dos son, en principio, susceptibles de suscitar puntos de encuentro: cultura democrática y defensa de los intereses de Pontevedra ante otras Administraciones. Pero hay un sexto bloque que a priori parece que puede levantar más discrepancias: remunicipalización de servicios públicos. El BNG ya ha rechazado en dos ocasiones en el pleno rescatar las concesiones de agua y de basura.
Está por ver el peso de este sexto bloque en una negociación que hasta ahora, volviendo a citar a Lores, se habría limitado a «escarceos».