«Hay más invisibilización de la mujer en los libros de texto ahora que en el 89»

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CAPOTILLO

Tomó dos libros de texto de la misma editorial con 26 años de diferencia. Y descubrió que la historia es de hombres

19 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Lucía Pereyra (Pontevedra, 1985) es psicóloga, además de ganadora del premio Sofía Novoa Ortiz que concede la Diputación a los mejores trabajos académicos dedicados a la igualdad. La pontevedresa tituló su proyecto fin de máster Evolución da linguaxe non sexista e papel da muller en dous libros de texto de historia (1989 e 2015).

-¿No hemos avanzado nada en todo este tiempo?

-No hay que generalizar. Esto fue un trabajo fin de máster, que tiene los créditos que tiene, que le puedes dedicar las horas que le puedes dedicar, y está muy limitado a dos libros de una misma editorial. ¿Qué pasa? Que en esos dos libros no parece que se haya avanzado demasiado. De hecho, una de mis conclusiones es que, de hecho, se produjo un poquito de más invisibilización de la mujer, porque se utiliza en el libro nuevo el masculino pretendidamente genérico siempre, y no se utiliza casi en ningún caso nada femenino. Incluso en los ejercicios de «imagínate que eres un empresario, un alcalde, un...» nunca es una alcaldesa o «imagínate que tienes una empresa». Siempre se tira por la calle de en medio, se coge lo más fácil, lo que es el masculino ese pretendidamente genérico cuando hay muchos masculinos realmente genéricos que no se utilizan para nada nunca. Ese es el problema.

-¿Cuál es la diferencia entre el masculino genérico y el pretendidamente genérico?

-Muy fácil. El masculino pretendidamente genérico es cuando hablas del hombre, de la historia del hombre. Tienes que entender que es la historia del ser humano. Es mucho más sencillo decir «el ser humano», que es un masculino realmente genérico. Leía en uno de los libros que utilicé para hacer el trabajo que se habla de «los niños en la escuela», y cuando yo era pequeña eran los «niños hombres» lo que jugaban al fútbol, no las mujeres. Para todo éramos los niños, pero se hacía un equipo de fútbol y tú querías apuntarte y no podías. ¿Cuándo me incluye ese «los niños» a mí y cuándo no? Ese es el problema. Nunca sabemos cuándo estamos realmente incluidas. Parece que siempre tenemos que estar, pero es :«¿Sí, en esto puedo?». Cuando empecé a hacer este trabajo no tenía esta idea. De hecho, me quedé muy sorprendida de lo mucho que me conciencié, pero sí que es cierto que tienes que estar mirando si tú también vas. Haciendo el trabajo hice una especie de encuesta, una chorrada que no tiene validez científica ninguna en plan: «Cuando piensas en la palabra «los ingenieros», ¿qué piensas, chicos y chicas, solo chicas?» Y el 90 % (contestaron unas cuarenta personas), cuando eran cosas de cargos de importancia, decían «hombres». Es lo que tenemos en la cabeza porque el lenguaje moldea nuestra mente.

- ¿Hemos mejorado en algo?

-Yo creo que ya bastante se está avanzando en que la gente empieza a verlo. Empezamos a verlos y a actuar en consecuencia, y eso es lo importante. Google se porta estupendo siempre pone muchas cosas de mujeres en el buscador, las figuras escondidas de esas chicas afroamericanas que eran calculadoras de la NASA... Se está haciendo mucho, pero creo que es importante que toquemos el tema del lenguaje, porque antes modela las mentes. Y puede que estemos haciendo mucho igual pero, si te fijas en los tacos, siguen igual.

-En el estudio afirma tajantemente que «é unha historia sen mulleres exclusivamente masculina». ¿Es tan grave la cosa?

-Cuando presenté el trabajo puse siete fotos de siete mujeres de la historia de España y nadie supo decirme a quién pertenecían esas caras… y una era Isabel la Católica. Tú me dirás. En uno de los libros se dice que una mujer que fue reina regente de España era «la madre de». No se la llama ni por el nombre y fue reina regente de España durante catorce años. En el trabajo intento ser un poco tajante y sacar alguna conclusión, pero no se puede generalizar. Ahora, desde luego, la historia es de los hombres y escrita por y para los hombres. Hay omisiones flagrantes porque, por ejemplo, Egipto era una cultura bastante más avanzada de lo que es ahora. Hubo faraonas, y las mujeres tenían muchos más derechos de los que tienen ahora, las mujeres musulmanas. Una mujer podía tener un negocio u organizar la fortuna del marido cuando se moría. No necesitaba volver a casarse. Eso no se dice en los libros. Los incas eran más machistas, pero los mayas y los aztecas tenían sacerdotisas. Eso no se dice tampoco.

-En escritos como el Cantar de mío Cid se usan desdoblamientos

-Yo no digo que estés todo el rato diciendo los y las, los miembros y las miembras, eso es absurdo, pero puedes decir la población o el ser humano.

-No esperaba este resultado...

-No quería este resultado para nada, me llevé un disgusto muy grande. Menos mal que me dieron el premio y saqué algo positivo porque me enfadaba mucho.