«Cambiar hábitos cuesta mucho y es increíble porque no cuesta dinero»

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

La enfermera destaca el aspecto socializador que tienen estas actividades para los usuarios que asisten

09 feb 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La enfermera Carmen Abeledo Márquez (Pontevedra, 1954) es la coordinadora de los talleres sobre fomento de la actividad física y prevención de la obesidad que se celebran en el centro de salud de A Parda, en Pontevedra. Forman parte del programa formativo y asistencial de la Xerencia.

-¿Cómo es la acogida por parte de los usuarios?

-Llevamos haciendo estos talleres desde hace siete años y creo que, en general, la gente está contenta. Siempre tenemos entre 15 y 20 personas en cada taller. En el de la obesidad, que es los jueves de 10 a 11 horas, en ocho sesiones, hablamos de dieta saludable, de ejercicio, qué es la obesidad, sus tipos, la importancia de la actividad física...

-¿De qué perfil hablamos?

-Hay más mujeres que hombres, en cualquier taller que hagas las mujeres siempre están más receptivas.

-La actividad física es beneficiosa a cualquier edad. Es algo sabido, pero ¿está interiorizado?

-Saber lo saben, pero lo que pasa es que cambiar hábitos cuesta mucho y es increíble porque es algo que no cuesta dinero. Tampoco hablamos de un esfuerzo físico importante, lo que recomendamos es caminar. Cosas fáciles cuestan. En el taller procuramos que aprendan a cocinar bien, a comer bien, a caminar, a beber agua, a hacer la compra después de comer o de merendar para evitar llenar el cesto de la compra de cosas que no se deben comer...

-En caso de la obesidad, ¿cuándo hay que empezar a prevenir y a preocuparse?

-Hoy en día desde la etapa infantil. En el caso de mujeres adultas desde que se quedan embarazadas ya están muy controladas y no se pueden dejar ir. Hay que seguir unas pautas.

-Se aborda el abandono de hábitos perjudiciales para la salud. Al margen del tabaco y del alcohol, ¿en qué inciden?

-Te pongo un ejemplo. Hay gente que no desayuna nunca. Eso es insano, pero es muy difícil. Recuerdo un paciente que me decía ‘‘sí, sí, pero yo no lo voy a hacer’’. Qué cosa más sencilla de cambiar y qué difícil es porque tienes arraigados unos hábitos, unas costumbres y no hay manera de cambiarlos. Aunque se intenta que hagan lo posible.

-¿Un problema de salud ayuda a cambiar esos hábitos?

-Sí. Hay gente que lleva tiempo viendo. Algunos ya pasaron por el taller de prevención de la obesidad y ahora ves que incluso se establecen relaciones sociales. Vecinos que no se conocían salen a caminar juntos, se relacionan entre ellos. Es una forma de socializar. Tenemos usuarios que están deprimidos y se animan unos a otros, veo que hay mucha relación ahora que antes no había. Incidimos en asumir pequeños cambios, comer con poca sal y poco azúcar, digamos que no han cogido más peso y algunos han bajado. Gente que en su vida había hecho actividad física ahora va al pabellón, al cachibol, a caminar, algo vamos consiguiendo.

-Aquí no valen las excusas. Supongo que hay una actividad física adaptada a cada persona...

-Por supuesto. Caminar vale para todo el mundo, cada uno a su ritmo. Es lo más saludable. Para empezar, digamos que para una persona de edad media, una media hora al día, e incluso quince minutos a la mañana y quince a la tarde. Cada semana pueden ir aumentando quince minutos hasta un máximo de dos horas diarias. Hay gente que solo puede andar media hora y es suficiente.

-Los talleres se celebran en A Parda, pero pueden asistir usuarios de la comarca. ¿Se animan?

-Hemos tenido gente de municipios como Vilaboa o Poio, de zonas cercanas a Pontevedra. Los que son de más lejos no vienen. Este año tenemos 18 personas en el taller de obesidad. En el de fomento de la actividad física tenemos dos grupos de 20 y más si pudiéramos.