¿Quién cuida las bibliotecas escolares?

Cristina Barral Diéguez
cristina barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

RAMON LEIRO

Coordinadores del servicio en tres institutos de la ciudad cuentan cómo es su función y qué uso hacen los alumnos de ESO y bachillerato de las instalaciones

27 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las bibliotecas escolares han cambiado mucho en los últimos años y también el uso que se hace de ellas. Lo dicen varios coordinadores de este servicio en tres institutos de secundaria de Pontevedra. Pero coinciden en que las bibliotecas siguen siendo espacios muy utilizados por los alumnos, especialmente en la etapa de la ESO y en 1º de bachillerato, para coger libros y estudiar. «Al llegar a 2º disminuye el número de alumnos lectores que vienen, más chicas que chicos, porque su preocupación durante el curso es el antiguo selectivo», apunta Javier Domínguez.

¿Y quién se encarga día a día de este servicio en los centros educativos? Son profesores, normalmente de letras, propuestos por los equipos directivos. Lo hacen porque les gusta, ya que esa función no conlleva una remuneración económica extra. Javier Domínguez es el coordinador de la del IES Valle Inclán, el instituto más antiguo de la ciudad. Este profesor de Historia empezó ayudando a otra persona. Después hizo varios cursos «para ponerme al día» y en esta etapa aceptó el ofrecimiento de la directora.

Pepa Vicario, docente de Filosofía, es la coordinadora de la biblioteca del IES A Xunqueira II desde el 2008. Insiste en que el servicio se gestiona hoy «en equipo», con la ayuda de entre cinco y siete profesores en función de su disponibilidad horaria. En su día presentó un proyecto al claustro dentro del Plan de mellora de bibliotecas escolares. «Me pareció interesante porque la biblioteca funcionaba entonces como un almacén de libros. Había que dinamizarla. Al principio lo hice en soledad», recuerda.

Dolores Cruz, Loli, profesora de Griego, cuida la biblioteca del IES A Xunqueira I desde hace tres años. Cuenta que hay una vitrina, con material que no se presta y al que llaman «Os nosos tesouros». «Hay un libro de la sección femenina, que no tenemos como ejemplo, claro, pero sí como curiosidad, libros firmados por autores y trabajos de algún alumno como cuentos», desvela. Todos los viernes en el recreo hay lecturas de alumnos.

En los tres institutos hay más volúmenes catalogados de los que realmente existen. Algunos se retiran por obsoletos, otros están deteriorados y también desaparecen. En el Valle Inclán hay catalogados más de 29.000, en A Xunqueira II 13.800 entre libros y material audiovisual, y en A Xunqueira I, 21.400 fondos «fichados». «En el 2015 hicimos un expurgo, se puso un aviso en la sala de profesores y algunos se llevaron libros, otros fueron a alguna biblioteca pública y otros acabaron en el contenedor de papel, que es el último paso, siempre intentamos dar el mayor uso posible a los libros y no tirarlos», explica Javier Domínguez.

Con el sistema vigente, que obliga a tener las bibliotecas escolares totalmente abiertas, sin libros bajo llave, también hay ejemplares que no regresan. Aunque hay un ordenador de gestión y cada alumno tiene un número de lector, Javier Domínguez apunta a que «a veces por falta de personal de guardia o por los recortes se cogen sin anotar».

En las bibliotecas los libros conviven con ordenadores de mesa y portátiles. El recreo suele ser el momento que aprovechan los estudiantes para hacer sus consultas en la Red. Pepa Vicario subraya que las normas no permiten el acceso a redes sociales. No se puede, por tanto, chatear ni jugar. «El acceso a la información hoy no es la enciclopedia Larousse. Solicitan el uso del ordenador y también intentamos formarlos como usuarios para que sepan buscar información en Internet», expone. En el IES A Xunqueira II, que este año amplió su biblioteca, apuestan por la divulgación científica.