Ataque de imaginación para tratar de defender un pasado glorioso

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

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Hace 55 años que se inauguraron estos pasillos comerciales que vivieron épocas doradas; ahora intentan recuperarlas

27 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Son un clásico del comercio pontevedrés; uno de esos lugares llenos de tiendas que ya estaban ahí antes de que la zona monumental recuperase su porte a golpe de peatonalización o antes de que Benito Corbal acabase convertida en la gran milla de oro de los negocios textiles y de calzado. Se trata, cómo no, de la calle de la Oliva en general y de sus galerías en concreto. Estos pasillos llenos de tiendas tienen a sus espaldas nada menos que 55 años de historia. Vivieron, tal y como recuerdan algunos de los vendedores más veteranos, grandes épocas de gloria, donde los días de lluvia apenas se podía andar por la gran cantidad de clientela. Y tienen, actualmente, un presente complicado por numerosas razones, entre ellas, la competencia de otras zonas. Los comerciantes, conscientes de que con la resistencia pasiva no llega, están defendiéndose con un buen ataque de imaginación; buscando fórmulas para seguir siendo atractivos para la clientela.

Empecemos buceando en el pasado para confirmar el poderío que tuvieron las galerías. Entramos en la peluquería Manolo, uno de los negocios más veteranos, con más de treinta años encima. Allí están María José, Margarita y Chelo. Su historia es curiosa. Las tres eran empleadas de Manolo, el fundador de negocio. Se ríen recordando que eran «las chicas de Manolo». Cogieron el traspaso, pagando por el nombre y todo para poder seguir siendo peluquería Manolo y ahí siguen ellas, media vida después, trabajando juntas y en el mismo local. Cuentan que los tiempos, en las galerías, no son fáciles: «Vamos tirando, a veces no tenemos sueldo, se vivió mejor en otros tiempos. Yo creo que la mejor época fue por el año 2000 o así. Venía muchísima gente por aquí, se veía un ambiente buenísimo», señalan dos de ellas con la misma voz. Ellas son de las veteranas. Pero, ¿qué opinan los comerciantes recién llegados? Hablamos con la última en llegar, una joven que abrió una tienda de ropa y complementos, Deva, hace solo un mes: «Yo vine porque los alquileres son más baratos que fuera... Aquí a partir de 400 euros hay locales». dice.

Mercadillo de Navidad

Veteranos y novatos, todos los comerciantes apelan a algo: «Cuenta en el periódico todas las iniciativas que estamos llevando a cabo». ¿De qué se trata? De actividades que intentan reinventar las galerías, como un

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o mercadillo que hacen los últimos viernes de mes. Todo ello se articula mediante una asociación de la que forman parte 54 comercios. La preside David Neira, que indica: «Estamos intentando hacer cosas nuevas para dinamizar las galerías. Por ejemplo, ahora tenemos previsto realizar un mercado navideño los días 15, 16 y 17. Queremos volcarnos con él y que todo el mundo disfrute de las compras navideñas en un lugar bonito», señala él.

David es consciente de que enemigo a esas baterías de ideas, a esos intentos por recuperar el poderío comercial, son los comercios vacíos. Hay ahora unos siete locales sin actividad alguna.