Solo Rajoy es la cuota pontevedresa

PONTEVEDRA CIUDAD

El presidente, declarado «persona non grata» por el Concello, es el único gallego del nuevo Gobierno, que pierde a Ana Pastor en la cartera de Fomento

06 nov 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Tan solo y finalmente es el propio Mariano Rajoy quien representa la cuota pontevedresa del nuevo Gobierno de la Nación que se acaba de estrenar. Y escribo «cuota pontevedresa» en lugar de «gallega», para enfatizar que ha sido esta provincia el principal caladero de fichajes de colaboradores que se ha llevado Rajoy a Madrid. Ya fuera para sus gabinetes como ministro de Aznar en diferentes departamentos; ya para los gobiernos que viene presidiendo desde su llegada La Moncloa.

Ana Pastor ha sido el ejemplo palmario a lo largo de estos últimos 20 años, pues llegó siendo una desconocida para asumir la dirección general de Muface con Mariano de ministro de Administraciones Públicas y ahora alcanza la tercera magistratura del Estado como presidenta del Congreso de la Nación. El suyo es, sin duda, el caso más destacado entre las más de 30 personas de Pontevedra que Rajoy ha ido incorporando y colocando en Madrid, en diferentes niveles de responsabilidad. Desde funcionarios y fontaneros, como Alicia Portas, Tomás Iribarren o Ángel Piñeiro (este último salpicado por los papeles de Bárcenas y la financiación ilegal del PP); hasta su cuñado Francisco Millán Mon, diplomático y eurodiputado, o el doctor Rafael Pérez Santamarina, director gerente del Complejo Hospitalario La Paz y antes del Chop, entre otros representantes de lo que en la capital se conoce como el «lobby pontevedrés».

Rumores

Para esta ocasión, se apuntaron en los mentideros los nombres de sendos pontevedreses: Pilar Rojo y Alfonso Rueda. Se comentaba que podrían entrar como ministros del nuevo Gobierno. Los acontecimientos han desmentido a la rumorología. Aunque en el caso de Pinini aún no cabría descartar que acompañe su condición de diputada en el Congreso de la Nación con alguna responsabilidad de segundo nivel en la Administración.

Diferente es el caso de Rueda Valenzuela. Los rumores que le apuntaron como ministro suponían un severo problema para Alberto Núñez Feijoo, quien entonces podría haberse quedado sin vicepresidente de la Xunta de Galicia. Es decir: sin el recambio que facilitaría la marcha de Feijoo a Madrid cuando ocurra que el político de Os Peares sea llamado a ser alternativa de Mariano Rajoy en el liderazgo nacional del PP.

Ante semejante desfeita, la maniobra de llevarse a Alfonso Rueda a Madrid solo se podría entender desde una intención maquiavélica del propio Mariano, quien de esa manera dejaría neutralizado a Feijoo al privarle de su relevo natural. Como no ha ocurrido, el asunto se queda en el terreno de las conjeturas.

El próximo fin de semana, cuando Feijoo haya tomado posesión de nuevo como presidente de la comunidad autónoma, se confirmará la presencia y papel de Rueda en la futura Xunta de Galicia.

Incertidumbres

La salida del Gobierno de Ana Pastor supone una severa preocupación para los intereses de la provincia y, de modo particular, para la ciudad de Pontevedra. Las inversiones que había comprometido como ministra de Fomento quedan en entredicho con el relevo al frente del departamento. Íñigo de la Serna, exalcalde de Santander y nuevo responsable de esa cartera, difícilmente asumirá los compromisos que tenía Ana Pastor, máxime con el nuevo recorte de 5.500 millones de euros exigidos por Bruselas y que afectará a la capacidad de gasto de todos los ministerios.

Para el Concello de Pontevedra, la salida de Ana Pastor es una pérdida, ya que el nivel de interlocución entre el alcalde Miguel Fernández Lores y la anterior ministra llegó a ser tan fluido que se conveniaron numerosas actuaciones, se produjeron mejoras viarias como el desdoblamiento de la avenida de Vigo o las obras del nudo de O Pino.

En cambio, ahora queda muy en entredicho el futuro del proyecto de la A57 (circunvalación de Pontevedra), de la que apenas se han contratado 6.500 metros, pero ya veremos qué pasará con los restantes 15 kilómetros previstos para esa variante.

Escoceduras

La ausencia de ministros gallegos en el ejecutivo que tomó posesión el viernes, presupone que no hay razones para vislumbrar una mayor sensibilidad hacia las demandas pontevedresas. Es más: en el caso concreto de la ciudad de Pontevedra, la dificultad del Concello para llegar a entendimientos con el nuevo Gobierno de la Nación se multiplica. Pese a ser Mariano Rajoy antiguo vecino de esta capital, no se dan las mejores condiciones. Más bien al contrario. Al inquilino de La Moncloa le escuece que desde el pasado febrero, por un acuerdo mayoritario de la Corporación Municipal (con los votos de BNG, PSOE y Marea) se le declarase «persona non grata» en su patria chica, debido a que una decisión de su gobierno ha permitido alargar 75 años más la permanencia de Ence en Lourizán.

Rajoy ya dejó por escrito que aquello le pareció «una afrenta» y que aguarda que «algún día otro alcalde planteará la retirada de esa declaración de ‘‘non grato’’ que nada aporta a la ciudad», según aquella carta pública que divulgó en marzo el propio Mariano.

Para colmo, aquella decisión del Ayuntamiento de Pontevedra llegó solo un par de meses después de que un crío de 17 años le diese un puñetazo a Rajoy en plena calle cuando el candidato del Partido Popular hacia campaña en las inmediaciones de A Peregrina, en una agresión jamás vista en la actual democracia española.