Las vacaciones de vértigo de Saleta

manu otero PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

CEDIDA

Triatlón La triatleta desconecta de la alta competición practicando escalada, montañismo o surf

28 oct 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Por si completar 3,8 kilómetros a nado, 180 en bici y 42 a pie en cada carrera no fuese suficiente, la triatleta pontevedresa Saleta Castro aprovechó sus tres semanas de vacaciones para seguir practicando deportes todavía más extremos que el ironman. «Estos días aún no descansé, pero con el tiempo tan bueno que está da pena desaprovecharlo», afirma la deportista, que el lunes retomará su rutina de entrenamiento habitual. Escalada, montañismo, bicicleta de montaña, raid o surf fueron algunas de las disciplinas que empleó Castro para desconectar de un año inolvidable cargado de emociones y kilómetros.

«El año fue bueno, aunque la primera parte fue mala porque no conseguía acabar las pruebas y al final llegué un poco forzada a Hawái», reconoce la triatleta que pudo hacer realidad su sueño de competir en la copa del mundo a principios del mes de octubre. «El tramo de natación fue bueno, pero en la bici y a pie fue normal y en una copa del mundo eso te hace acabar de treinta», explica la pontevedresa, que ya tiene previsto empezar a preparar la copa del mundo del 2018. «Quiero ir mejor preparada, y la clasificación suele llevar año y medio», puntualiza Castro, que este año consiguió el billete a cambio de la paliza de completar dos ironmans en el plazo de mes y medio.

Pero toda esa tensión acumulada de una temporada trabajando para llegar a Hawái se esfumó de un plumazo cuando la pontevedresa se colocó el arnés y se lanzó a la escalada en Cabo Home. «Tenía muchas ganas de hacer escalada, ya lo había hecho en rocódromo y también rappel, pero nunca al aire libre y en este paisaje tan increíble con vistas a las Islas Cíes», confiesa la triatleta. «Ese bloque de piedra al principio impone», reconoce, aunque pronto le cogió el truco y al segundo intento ya completó los 12 metros de subida vertical en unos cinco minutos.

La escalada fue solo el inicio de unos planes en los que no caben el sofá ni la siesta. Con su pareja, Saleta puso rumbo a los Picos de Europa para completar la ruta del Cares, un paisaje del que se enamoró cuando lo descubrió gracias a los hermanos Pou, ilustre pareja de escaladores. «Hacía mucho tiempo que no corría por la montaña», exclama liberada de la presión competitiva Saleta. Pero su expedición de montañismo no acabó allí. También visitó la pontevedresa el famoso pico Urriellu.

De vuelta a Pontevedra y tras visitar la ciudad de Gijón, Saleta hizo una parada en un lugar de muy gratos recuerdos. «En los lagos de Sanabria debuté, hice mi primer medio, lo gané y me clasifiqué para el campeonato de España», revive con emoción la triatleta que tiene ahora puestas sus esperanzas en la copa del mundo.

Viviendo en las Rías Baixas, no podía desconectar yéndose solo a la montaña. También disfrutó del mar. «Fui a coger olas a A Lanzada, llevo haciéndolo cuatro años pero al no practicar es como volver a empezar cada vez», reconoce entre risas.

Antes de enfundarse de nuevo el mono de trabajo, tiene esta polifacética triatleta una última cita con el deporte de aventura. «El sábado en Porriño participaré en el campeonato gallego de raid». Una competición de resistencia, de 80 kilómetros de recorrido, que aglutina travesía en kayak, bicicleta de montaña, rappel, trekking y orientación.

El broche de oro perfecto a tres semanas de vacaciones que se solaparán con la vuelta a los entrenamientos para seguir siendo una deportista de hierro.