Al Pontevedra se le acabaron los recién ascendidos. Ahora le toca defender su fortín -ha ganado los dos partidos que ha jugado en casa- enfrentándose a un viejo rival con el que todavía no ha logrado inclinar la balanza hacia ninguno de los dos lados. Si en el partido de ida de la temporada pasada fue el equipo granate, actuando de local, el que le metió tres goles al Izarra encajando únicamente uno, en el de vuelta la situación cambió. De una victoria clara y sin paliativos ambas plantillas pasaron a un empate reñido a unos.
Luisito es consciente del obstáculo que tendrá que saltar mañana, a partir de las 17 horas en Pasarón, durante casi dos horas: «É un equipo que só encaixou dous goles en toda a liga, e leva oito a favor; evidentemente estamos falando dun equipo que agora mesmo ten unha vantaxe grande respecto aos demáis: teñen o 89 ou 90 por cento do equipo titular e da temporada pasada».
Esa continuidad es, a juicio del entrenador teense, «un plus, alo menos nos primeiros dez partidos de liga. Despois, creo que a partir dos dez ou quince primeiros partidos de liga, todos os equipos que temos moitísimas máis fichaxes igualámonos de todo, pero agora teñen unha vantaxe e estanse aproveitando».
En el último minuto
Sobre todo, en su campo, donde se ha convertido en un cuadro «fortísimo, que xa lle gañou ao Ponferradina e empatou coa Cultural» y que, además, fuera de casa solo empató en Vigo. Lo hizo en el último minuto y quedándose con diez jugadores en el campo. Llega el Izarra a Pasarón con otro punto a favor: su complexión. La buena forma que luce en estas primeras jornadas lo convierte en un rival duro ante el que el Pontevedra no tene pensado ceder. «O que hai que pensar é que un equipo rochoso, moi difícil, que ten futbolistas de calidade» que resultan muy peligrosos a balón parado y el en juego directo debido a su envergadura.