La burocracia deja un monte de algas 5 días en el paseo de Lourizán

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La cofradía responsabiliza a la Administración del retraso en la retirada de los restos

22 sep 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Las algas cubren los bancos marisqueros del fondo de la ría cada verano y desde el lunes, también la rampa del paseo litoral de Lourizán. En este último caso, los restos vegetales no llegaron allí por el empuje de las mareas, sino que fueron depositados por las mariscadoras, con la intención, como otras muchas veces, de una rápida retirada programada para ayer con un camión pluma. No pudo ser. La burocracia se interpuso, según la cofradía, y los cambios del operativo de Fomento y Tráfico retrasarán la retirada de este monte de algas hasta mañana, si nada se tuerce antes.

Os Praceres se tiñó de verde la semana pasada. Cuando las algas son tan abundantes, dificultan, en marea baja, que los bivalvos respiren con normalidad. Los debilitan e incluso los matan. Por esta razón, la cofradía de Lourizán bajó al arenal un tractor y las mariscadoras ayudaron en la limpieza de la parte más sensible de este ámbito marisquero, conscientes de que si les muere la almeja, se quedan sin ingresos.

Hace un tiempo se depositaban estos restos vegetales en un montón en las cercanías del cabo, junto a donde actualmente se encuentra el punto de control, al lado de la pasarela de madera que sobrevuela la autovía. Las quejas de los vecinos del cabo, cansados del mal olor que desprenden las algas podridas, fueron atendidas por el pósito. Ahora cuando extraen de la playa una buena cantidad de algas, las acumulan en la rampa del paseo, al final de la estructura de madera, al resguardo de las mareas para que las olas no las vuelvan a esparcir.

El procedimiento habitual es que, a requerimiento del pósito, la Guardia Civil ponga conos en uno de los carriles de la autovía, en sentido Pontevedra a Marín, acercar allí un camión grúa y, de esta manera, retirar este monte de algas en un plazo estimado de una hora. Eso era lo que pensaban que iba a pasar ayer, pero no fue así.

La patrona mayor de Lourizán, María del Carmen Vázquez, se extrañó a primera hora de la mañana al ver que los conos que cerraban uno de los carriles de la autovía estaban en el otro sentido, Marín a Pontevedra. «Pensé que se habían equivocado», indica. No era así. Los conos estaban colocados para el servicio de mantenimiento de la carretera. Del plan para las algas nadie sabía nada en los departamentos competentes. Era un cambio en el operativo que no tenía precedentes, según la portavoz de las mariscadoras, y el trastorno de sus planes fue evidente. «Veo al camión con la pluma dando vueltas esperando a que se pusiesen las señales, pero nadie las colocaba», añade.

Entonces, la patrona mayor se pone en contacto con Carreteras en Pontevedra -la autovía depende de Fomento- y empieza un culebrón de gestiones. De Fomento en Pontevedra, la remiten a A Coruña, de allí a Madrid, con vuelta a la capital herculina. A cada llamada, en la cofradía entendían cada vez menos. Fomento le dice que tiene que tramitar con antelación de días el permiso de carretras y después pedirlo en A Coruña, que a su vez se lo notificaría a Pontevedra. Y solo entonces, cuando todas las firmas estuviesen en todos los papeles, se informaría a Tráfico para que pusiese los conos. Total, que a este paso, no se sacarían las algas ni en una semana. «Llamo a todos estos sitios y les digo, ¿pero cómo quieren que deje las algas aquí tanto tiempo?», incide Vázquez. Cinco horas de gestiones después y cansarse de explicar lo mismo una y otra vez, lo logró. Las algas se sacarán mañana. Con permiso de los burócratas.