Cotobade sufre un nuevo incendio tras controlar Medio Rural los otros fuegos

Alfredo López Penide
lópez penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

López Penide

Extinguidos los incendios ocurridos en Viascón, Tenorio y Lérez

12 ago 2016 . Actualizado a las 21:32 h.

La alarma saltó a media tarde en la parroquia de Carballedo, en Cotobade, donde se registró el único incendio que permanece activo y sin control, a estas horas del día, en la comarca de Pontevedra. La Consellería de Medio Rural informó de que las llamas ya han calcinado más de veinte hectáreas y se combate con medios terrestres y aéreos, estos últimos mientras lo permitan las condiciones de luz. Cotobade está siendo otra vez uno de los municipios más castigados por esta ola de incendios, como ya lo fue en el 2006.

Por otra parte, la información facilitada por Medio Rural apunta en la dirección de que todos los demás grandes fuegos registrados en los últimos días en el área de influencia de Pontevedra están controlados o han sido extinguidos. En el caso de los primeros, esto implica que se ha conseguido detener su avance y propagación, así como que no hay rastro de llamas en su perímetro, por lo que los fuegos no están aún extinguidos.

Entre estos se encuentran el de O Vao, en el municipio de Poio, donde esta pasada madrugada volvió a rebrotar el fuego que lleva vivo desde principios de semana. La acumulación de chatarra y residuos está complicando sobremanera las labores de extinción, si bien lo cierto es que se trata de un incendio muy delimitado y de escasa extensión. De igual modo, se halla en esta misma situación un segundo foco ubicado en las proximidades de unas viviendas cercanas al cementerio de San Salvador de Poio, que ha requerido de la intervención de medios aéreos y terrestres.

En Ponte Sampaio se estima que ardieron doscientas hectáreas y, dado que se considera que este incendio se ha unido al registrado en el vecino municipio de Soutomaior, se han desplegado veintidós brigadas, diecisiete motobombas, cinco helicópteros y cuatro aviones. Estos medios se han sumado a los servicios de emergencias municipales, Bombeiros, Protección Civil y Policía Local que se han volcado en las labores de extinción desde el primer minuto y de forma ininterrumpida.

En Caldas, ya son trescientas las hectáreas de arbolado afectadas. Veinte agentes, 38 brigadas y trece aeronaves, entre ellas once helicópteros, continúan en la zona.

En cuanto a los incendios extinguidos, en las últimas horas se ha anunciado que los dos que afectaban a parroquias de Cotobade han sido completamente sofocados. En Viascón resultaron calcinadas unas cuarenta hectáreas y movilizó, entre otros medios, siete brigadas y otras tantas motobombas, mientras que en Tenorio resultaron arrasadas por las llamas un total de 365 hectáreas, de las que 255 son arboladas y 110 de monte raso.

De igual modo, el registrado en la parroquia pontevedresa de Lérez también ha sido extinguido después de que hubiese reducido a cenizas un global de diecisiete hectáreas, de las que solo dos son monte raso.

Precisamente, en el ámbito de la capital provincial, Ponte Sampaio revivió a primera hora de la tarde de ayer la pesadilla del 2006. Si aquel agosto las llamas cercaron esta parroquia pontevedresa, ayer el fuego volvió a poner en alerta a los vecinos y a los servicios de emergencias que veían como las llamas volvían a amenazar varias viviendas en los lugares de O Rañadoiro y Vilar.

En este último punto, y mientras los helicópteros combatían los distintos focos desde el aire, Bombeiros y Policía Local de Pontevedra tenían previsto un dispositivo específico para el caso de que el fuego se aproximará críticamente a las viviendas. Donde sí se acercó a apenas unas decenas de metros fue en algunos puntos de O Rañadoiro, donde los vecinos vieron como quedaban calcinadas varias parcelas sin que pudieran hacer más que evitar que las llamas se extendieran a otros terrenos próximos.

Lo cierto es que durante las primeras horas de la tarde de ayer, los focos se reavivaron en distintos puntos de la parroquia. No fue hasta las siete y media de la tarde que los Bombeiros regresaron a base, si bien, al cierre de esta edición, persistía la situación de alerta de todos los servicios de emergencia municipales.

Por el momento, Medio Rural no ha facilitado datos concretos sobre las hectáreas afectadas. A este respecto, y pese a considerar en un principio que se trataba de un incendio diferente al que se registra en el vecino municipio de Soutomaior, ayer reseñaron que «este lume uníuse ao rexistrado no concello de Pontevedra, parroquia de Ponte Sampaio», de tal modo que el área que se estimó calcinada, solo en el caso de Ponte Sampaio, alcanzó las 180 hectáreas.

Vacas en chalés

Si bien ayer no hubo que desalojar ninguna vivienda, a diferencia del miércoles, Protección Civil y Policía Local colaboraron con los vecinos trasladando animales a espacios seguros. Esto propició imágenes cuanto menos curiosas, como la de unas vacas pastando en el jardín de un chalé al lado de una piscina.

A este respecto, tanto los vecinos como las autoridades destacaron el compromiso de los miembros de Protección Civil. No en vano, los voluntarios permanecieron toda la noche controlando la zona afectada.

«O máis difícil é deitarse con medo e levantarse con medo»

Son días «intensos e duros» los que reconoce estar viviendo Fátima Miñán, para quien los momentos más difíciles son «deitarse con medo e levantarse con medo a que estea o lume as portas da casa».

Desde el pasado martes, cuando se detectó el primer foco de fuego en el lugar de Vilar, esta joven de la parroquia pontevedresa de Ponte Sampaio ha podido observar cómo los servicios de emergencias controlaban las llamas y cómo estas, al cabo de unas horas, volvían con fuerzas renovadas. «Leva revivindo dende o martes, que empezou. O mércores estivo ardendo pola parte darriba da parroquia, hoxe -por onte- en O Rañadoiro e Vilar... Estamos así todos estes días», matiza con el cansancio dibujado en el rostro.

De hecho, esta joven pontevedresa reconoce que lo que se dice descansar, solo un poco por las noches. «Pero tampouco podes porque hai o medo de que veña o lume por calquera esquina», explica, al tiempo, que advierte que el viento de los últimos días está contribuyendo, de alguna manera, a alejar el fuego de Vilar, donde reside. El problema, como reconoce, es que entonces las llamas van «cara outras aldeas e hai que ir a axudar».

Fátima Miñán Vecina de Vilar