Pontevedra revive el fantasma del 2006

l. penide, c. barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

P. Chapela

Los incendios no dan tregua a la comarca, donde ya calcinaron casi setecientas hectáreas

10 ago 2016 . Actualizado a las 20:03 h.

Pontevedra no respira. Cuando el incendio declarado ayer noche en la parroquia de Lérez todavía sigue activo, la el municipio se enfrenta a otro fuego de más de veinte hectáreas. El incendio se inició a las 16.44 horas en la parroquia de Ponte Sampaio. Por el momento, desde el Concello, que movilizó a Policía Local, Protección Civil y Bombeiros, se ha solicitado a la Consellería de Medio Rural más medios para evitar el avance de las llamas. Se han desalojado seis viviendas por la amenaza que representa el fuego. Los lugares más afectados son Rañadoiro, Vilar y Acevedo. 

Hace diez años, una oleada de incendios forestales puso en jaque a los servicios contraincendios en Pontevedra y, por extensión, en Galicia. Desde el lunes, este fantasma recorre la comarca de la ciudad del Lérez desde que, a las cuatro menos diez de la tarde, se dio la primera alerta por llamas en O Saiar, en Caldas.

Desde entonces el fuego no ha dado tregua. Las estimaciones provisionales hablan ya de cerca de setecientas hectáreas de monte calcinadas, de las que 365 se corresponderían con el fuego de Tenorio (Cotobade), donde persistía el nivel dos de alerta, mientras que en Caldas se estiman que ardieron 290 hectáreas.

Todo apunta en la dirección de que, al menos, el primero de estos fuegos pudo ser intencionado. Distintas fuentes aludieron a que se produjeron varios focos casi simultáneos -algunas voces señalaron, al menos, tres, mientras que otras los elevaban a la media docena-, circunstancia que no ha hecho más que acrecentar las sospechas.

Pese a lo dramático de esta situación, desde los distintos estamentos hicieron un llamamiento a la calma de la población. Al despliegue de las distintas brigadas forestales se adhirió la Unidad Militar de Emergencias (UME). La dotación acuartelada desde julio en la base de la Brilat, se reforzó con personal del quinto Batallón de León. Un total de 192 militares, con doce autobombas y tres nodrizas, se sumaron a la lucha contra el fuego en Cotobade y Caldas. «Estamos mucha gente, que la gente esté tranquila que estamos aquí nosotros para echar una mano», apuntó el capitán Ciro Zapico Rodríguez.

El volumen de medios empleados da una idea de la emergencia. El Ministerio de Medio Ambiente desplazó a Cotobade tres aviones, un helicóptero y un avión de observación que envía imágenes aéreas en tiempo real. En tierra, desplegó dos brigadas con sus cuatro helicópteros de las bases de Laza (Ourense) y Tabuyo del Monte (León). Medio Rural ha dispuesto sobre el terreno a dos técnicos, 19 agentes, 24 brigadas, diez motobombas, seis palas, 15 helicópteros y tres aviones, en el caso de Cotobade, así como tres técnicos, 12 agentes, 32 brigadas, 16 motobombas, dos palas, un tractor, 11 helicópteros y dos aviones, en Caldas.

El fuego continuó ayer sin dar respiro. Tras intervenir en Bora y Tenorio, los Bombeiros de Pontevedra sofocaron un conato en la parcela de Tafisa y acudieron a Verducido por un incendio que amenazaba a un núcleo de viviendas. En estas labores colaboró Protección Civil de Poio, cuyos voluntarios se desplazaron cuando aún no había amanecido a Figueirido (Vilaboa) y Cambados.

Ya por la tarde, se habilitó un dispositivo en Vilar, en la parroquia de A Canicouva, con Bombeiros y Policía Local con el objetivo de controlar la evolución de un fuego desatado en Soutomaior. La intención era estar preparados ante la contingencia de que las llamas se adentraran en el término municipal capitalino.

En la otra margen de la ría, Protección Civil y Policía Local de Poio combatían, al cierre de esta edición, un incendio «bastante aparatoso» en Campelo y Lourido «que colleu bastante forza no seu inicio», precisaron al respecto.