«Es cuestión de tiempo que el Pontevedra vuelva a Segunda»

La Voz

PONTEVEDRA CIUDAD

25 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Pablo Couto dejó de marcar goles un par de temporadas después de abandonar el Pontevedra para echar raíces en Orihuela donde formó una familia y trabaja como funcionario de prisiones.

-No pudo marcar ningún gol en el nuevo Pasarón, ¿se queda con el de su época o con el de ahora?

-Me quedo con este. El otro tenía mucha historia pero el campo de ahora está precioso. Antes veías el campo y decías, este equipo no dura mucho. Ahora lo ves y dices que este equipo es mínimo de Segunda A.

-¿Sigues al Pontevedra desde la distancia?

-Sí, siempre. Cuando echan un partido lo puedo ver, lo tengo en las alertas. Me gusta seguirlo, pero la mayoría de las veces que vengo no hay liga y me es difícil venir.

-¿Qué otro momento, al margen del Hai que Roelo, destaca de la historia del Pontevedra?

-El último ascenso a Segunda. La ciudad lo necesitaba y sobre todo los jóvenes. Después de aquella época, la gente necesitaba vivir una experiencia de esas. El ascenso a Segunda animó el fútbol y puso al Pontevedra donde tenía que estar. Y ahora, haciendo las cosas bien y tranquilos, es cuestión de tiempo que el Pontevedra vuelva a Segunda A, al fútbol profesional.

-Estar en la historia del equipo de su ciudad debe ser un orgullo

-Primero no piensas en llegar y cuando llegas dices esto es un gigante y a ver cómo te mantienes aquí. Va pasando el tiempo y no te das cuenta de lo que has conseguido. Una vez que lo has dejado y ves a la gente, dices: «algo bueno habremos hecho»

-¿Hubo en Pasarón algún delantero mejor que Couto?

-Cuando estaba yo lo raro es que no fueran mejor. Pero había que competir. Sabía que lo que tenía que hacer era meter goles y trabajar por el equipo. Si yo veía a Padín hacer bicicletas, yo ni media porque me podía caer. Hacía otras cosas. Cada uno tenía sus características, lo mío era la rapidez y pelear.

-¿Conoce a Luisito?, ¿se parecían?

-No personalmente, pero es de la quinta mía. Luisito era también un jugador rápido, bregador, algo parecido a mí. No sé si como entrenador tendrá ese carácter, Me da a mí que sí. Y eso es bueno, que tenga una idea y sepa amoldar a los jugadores que tiene.

-¿Cómo cambió el fútbol por trabajar en una cárcel?

-Estaba cansado de la incertidumbre de no saber cada año donde iba a estar. Quería estabilidad y me surgió eso, es un trabajo más.