Víctor Rodríguez participó con España en la Copa del Mundo celebrada en Hungría en la que acabaron en quinto lugar
21 jul 2016 . Actualizado a las 05:00 h.La fase final de la copa del mundo de balonmano playa tuvo más color azul que nunca. Y no por el tono de las camisetas de la delegación española, que lleva el rojo como seña de identidad, sino por el fondo de dos de sus integrantes. Víctor Rodríguez y Ricardo Amérigo fueron parte importante del combinado nacional playero que logró en la capital húngara de Budapest un meritorio quinto puesto que refrenda, tras la plata del Europeo, el puesto de España entre las potencias del balonmano veraniego.
Durante una semana convivieron los dos teucristas con los integrantes de las selecciones masculina y femenina, las guerreras acabarían alzándose con la medalla de oro.
Aunque, el guardameta Amérigo hizo las maletas para enrolarse nuevamente en el Villa de Aranda; Rodríguez seguirá vistiendo este curso de azul para devolver al Teucro a Asobal. Durante la estancia en la metrópolis centroeuropea ambos jugadores celebraron los éxitos del combinado femenino y sufrieron con las derrotas españolas, aunque el quinto puesto dejó buen sabor de boca entre los hispanos.
Un total de siete fueron los partidos disputados por el equipo masculino que debutó con victoria ante Australia por dos sets a cero. Después cayeron con Oman en un partido muy disputado y vencieron con claridad a Hungría, sufrieron para batir a Uruguay y perdieron al final ante Croacia pero la clasificación estaba ya en el bolsillo.
Aunque el juego de Víctor Rodríguez no brilló lo suficiente como para encabezar la lista de anotadores, la unión y el buen ambiente que se respiraba en el grupo facilitó la clasificación a la ronda final. Allí esperaban Qatar, Brasil y Ucrania. Las dos derrotas iniciales cerraron el paso a semifinales, pero ganaron a Ucrania y triunfaron en la lucha por el quinto puesto ante el mismo rival al que batieron nuevamente para acabar quintos.