Un metal por veinte años remando

manu otero PONTEVEDRA / LA VOZ

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Raquel Rodríguez, con 41 años, quiere poner el broche de oro a su carrera

02 jul 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

Ya sabe lo que es colgarse medallas al cuello y remar por medio mundo pero nada será tan especial como competir en su río, en su casa, ante su gente y en la que podría ser su última participación en un gran torneo internacional. Raquel Rodríguez es una pontevedresa de 41 años y polifacética. Ayer, a menos de veinticuatro horas de su participación en el Europeo de su ciudad, la palista estaba en Ourense por trabajo -es gestora de servicios en una multinacional, deportista de élite y también presidenta de la Escuela de Piragüismo Ciudad de Pontevedra- y no tenía previsto subirse a la piragua hasta esta mañana para tomar la salida en su regata. «Me cogí el día libre y no entrené, quería desconectar», confiesa la palista que no suele fallar a su cita diaria con el entrenamiento al concluir su jornada laboral.

Aunque ayer hizo una excepción, en su mente está desde hace días el campeonato de Europa. «Es la primera vez que se hace una regata de este tipo en el río, llevo tres europeos y cuatro mundiales, y este es el más especial porque es en mi casa», admite la palista. Animando desde la grada estará todo el mundo, familiares, amigos y compañeros del club, salvo Alexandre Castro, su hijo también piragüista, que está en Asturias concentrado con la selección nacional. «Es la pena que tengo, no me va a poder ver, pero ya me dijo que me va a llamar para ver que tal me fue», explica con la voz quebrada que todas las madres tienen cuando hablan de sus hijos.

Aun así no pierde la esperanza. Aunque no le gusta marcarse metas ambiciosas y admite que ver a su gente en la grada puede suponer un poquito más de presión, «me gustaría sacar medalla», señala Rodríguez.

La de Pontevedra podría ser el último gran reto de la veterana palista del Lérez que lleva veinte años subida a una piragua. «Todos los campeonatos internacionales a los que fui me los tomé como si fuera el último sobre todo por mi edad y remaré como si fuera el último», promete una Raquel que conoce los entresijos del río para salir victoriosa.