El fiscal solicita tres años para el sexagenario que mató a golpes a un anciano en el asilo

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Donato Dacosta se sentará en el banquillo el próximo septiembre acusado de un homicidio imprudente

29 jun 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

Le propinó varios puñetazos en la cabeza consciente de que su compañero de habitación en el asilo de Caldas padecía graves patologías físicas que le hacían especialmente vulnerable a los golpes y sin importarle el resultado lesivo que tales agresiones pudieran ocasionar. Cuatro días después, Jesús Cajaraville Chico, de 75 años y enfermo de demencia, fallecía en el Hospital Montecelo donde los médicos nada pudieron hacer por mantenerle con vida.

Dos años después de este crimen, Donato Dacosta Vareiro, de 67 años y nacionalidad portuguesa, se enfrenta a un petición del fiscal de tres años de prisión como supuesto autor de un delito de lesiones dolosas en concurso con un homicidio imprudente. Desde el ministerio público se solicita, asimismo, que indemnice con veinte mil euros a cada uno de los dos hijos y con quince mil a cada nieto vivo del fallecido, mientras que se insta a que se le condene a pagar otros 1.125 euros al Sergas por los gastos de asistencia sanitaria a Jesús Cajaraville.

Por lo pronto, el Juzgado de lo Penal número dos de Pontevedra ha señalado el 15 de septiembre para la celebración de la vista oral en la que se dirimirá un homicidio cuyo trasfondo a día de hoy se desconoce. Así, tras precisar que ambos compartían habitación en la residencia de la tercera edad de Caldas, el fiscal se limita a precisar que la agresión se produjo «por motivos no suficientemente aclarados».

Faltaba un cuarto de hora para las cinco de la madrugada del 28 de febrero del 2014. Los golpes se localizaron en el entorno del pabellón auricular derecho. Como consecuencia de los mismos, Jesús Cajaraville sufrió inicialmente una gran tumefacción que acabó derivando en un hematoma subdural resultante de un traumatismo craneoencefálico.

El 4 de marzo, pasadas las siete de la mañana, la víctima fallecía en Montecelo «dónde había ingresado el día anterior por la compresión de centros neurológicos vitales, que es una consecuencia secundaria de la hemorragia intracraneal», matiza el fiscal. Añade que «la entidad de esta se vio notablemente favorecida por la atrofia cerebral de base que padecía» la víctima.