«A cidade de Vigo, como capital da Área Metropolitana, terá un tratamento propio na dotación de servizos públicos da Administración central, autonómica e provincial similar aos de unha capital de provincia».
Frases como la anterior, que se proponen para la redacción definitiva de la ley del área metropolitana del Vigo, han dado alas en los últimos meses al PP de Pontevedra para airear una supuesta agresión de la ciudad olívica hacia la capital provincial. Agresión que, en opinión de los concejales liderados por Jacobo Moreira, estaría alentada desde la Diputación con el consentimiento del alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores (BNG), a quien han acusado en reiteradas ocasiones de haber vendido la defensa de Pontevedra a cambio de lograr la vicepresidencia del organismo provincial para César Mosquera.
El asunto incluso llegó al pleno municipal el pasado 21 de marzo, aunque ningún grupo de la corporación compartió los temores del PP de Pontevedra. La semana pasada, Jacobo Moreira acusó a la recién nombrada portavoz parlamentaria del PSdeG-PSOE, Patricia Vilán, de «traicionar» a Pontevedra por apoyar que Vigo pueda llegar a tener tratamiento similar al de una capital de provincia.
Pero al mismo tiempo que lanzaba su duro ataque a Vilán -que ayer seguía en un lugar destacado de la web del PP local-, su propio grupo parlamentario, el de Moreira, registraba una enmienda al proyecto de ley de área metropolitana. ¿Y cuál es la redacción que propone el PP? Pues, ni más ni menos que la frase textual que abre esta crónica ciudadana. Es decir, que Vigo tenga un tratamiento «similar ao de unha capital de provincia». Lo anunció el viernes el diputado Javier Dorado y lo ratificó con su firma en la enmienda el portavoz parlamentario, Pedro Puy.
¿Y en qué lugar deja esto a Moreira y al resto del grupo municipal? En lo que comunmente se llama «envainársela». Será especialmente duro para el portavoz, que compagina su labor municipal con un escaño de diputado en O Hórreo. ¿Qué sucederá cuando se vote en el Parlamento? ¿Dará su apoyo a la enmienda presentada por su propio partido o romperá la disciplina de voto para no secundar la presunta agresión a Pontevedra? Se decantará por la primera opción. Él mismo lo dejó caer en las redes sociales con una espectacular pirueta: «Si Pontevedra no se opone no hay argumentos para seguir insistiendo». Cousas veredes, que diría alguno.