A la universidad tras licenciarse en la vida

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

ramón leiro

Tienen más de 45 años e hicieron el examen de acceso a la UNED. Estudiar les hace felices

29 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Intenten acordarse de la última vez que hablaron con cuatro personas en la misma tarde que les dijesen que están felices por algo en particular o por todo en general. ¿Es difícil? Pues aquí está la historia de Marta, Beatriz, Berta y Saúl. Aparentemente, lo que une a los cuatro es que todos ellos se presentaron ayer en Pontevedra al examen de acceso a la universidad para mayores de 45 años de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED). Se trata de la prueba imprescindible para acceder a una carrera. Pero, en realidad, su verdadero denominador común es otro: están felices por haberse propuesto estudiar tras haberse licenciado en la vida, por haberse reencontrado con los libros tras criar hijos, cuidar a mayores o desenvolverse laboralmente «Es tan bonito y enriquecedor», dicen las tres mujeres con idénticas palabras. «La verdad es que estudiar es positivo», remacha el caballero.

Hay que conocerlos uno a uno para darse cuenta de que, aunque tiene una historia común, los caminos por los que llegaron a la universidad son distintos. Empecemos por Beatriz Franco. Tiene 53 años. Y esta semana estuvo nerviosa por el examen de ayer: «Aunque quiero estudiar por placer y satisfacción personal, es una responsabilidad y por eso me pongo nerviosa», dice. Beatriz cuenta que de joven «era un poco vaga» y no llegó a cursar estudios universitarios. Se casó, crio a sus hijos, montó una tienda de ropa... Y de repente, ya sin ocupación laboral fuera de casa, empezó a encontrar tiempo para sí misma. Comenzó a estudiar poco a poco. «Empecé con clases de inglés y también haciendo deporte, que me encanta», dice. El gusanillo de probar con algo más le picó. Y empezó a acudir a clases para preparar la prueba de acceso a la universidad y a soñar. Quiere hacer Historia del Arte.

La asignatura pendiente

Beatriz, en el examen de ayer, tuvo entre sus compañeras a Marta Lomba que, como ella, destila optimismo. Marta siempre pensó que tenía una asignatura pendiente: «Lo de ir a la universidad siempre me llamó la atención», dice. Pero la vida, hasta ahora, no le había llevado por ese camino. De joven, cursó estudios de administrativo. Y se empleó durante 28 años en ese sector. «Trabajé 28 años en una empresa de cerámica, me echaron y me quedé en el paro», explica. Lo que seguramente fue un varapalo vital, lo acabó reconvirtiendo en una oportunidad. «Estuve siete años estudiando inglés, empecé de cero». Con sus hijos ya mayores y tras haber cuidado a su madre, ahora, a los 57 años, decidió que era el momento de saldar su deuda con la Universidad. Espera acceder a la carrera. Quiere cursar Geografía e Historia. Y tiene claro a lo que va: «Lo hago para aprender. Pero quiero aprobar... Así que pretendo esforzarme».

Berta, que viene a la UNED pontevedresa desde Cambados, también quiere aprobar el examen de acceso... Y la carrera. A ella le gustaría hacer Trabajo Social. Su historia es similar a la de Marta y Beatriz. Pero añade un elemento con el que, seguramente, muchos padres se identifiquen: «Yo creo que tengo el síndrome del nido vacío. Mis hijas se fueron a estudiar fuera... Nos quedamos mi marido y yo solos y, de repente, te ves con un montón de tiempo y dices... Es mi momento». Ella también trabajó fuera de casa. Lo dejó para cuidar a sus niñas, las vio crecer, las ayudó a hacerse mayores y, ahora, con 50 años señala: «Estoy feliz estudiando».

Interesado en la política

Saúl Torres, de Marín, también cree que ha llegado su momento para intentar ser universitario. En su caso, está en activo, es delegado comercial y trabaja en permanente contacto con la Administración. Como tiene que moverse entre papeles de concursos públicos y normativas, le apetece cursar Ciencias Políticas. No fue a clases para preparar el acceso a la universidad. Pero se presentó a la prueba de ayer -el examen consta de un comentario de texto y una entrevista tipo test-. Es padre de cinco hijos, pero cree que puede sacarle horas al día para estudiar. «Las pequeñas ya están mayores, cumplen 16 años... Así que ahora mismo creo que puedo hacerlo». En su caso, no llevaba tiempo alejado de los libros. Hace cursos para formarse laboralmente con frecuencia. Ahora, va a por la carrera. Al preguntarle si le gusta el ejemplo que da a sus hijos poniéndose a chapar a los 49 años, sentencia: «No se lo dije aún, esperaba a ver si aprobaba».

Las tres mujeres criaron a sus hijos y trabajaron fuera de casa y, al fin, ¡este es su momento!

Saúl sigue en activo y es padre de cinco hijos, pero espera tener tiempo para hacer una carrera

Dos de ellos empezaron cursando idiomas y ya no quieren

dejar los libros