Tensión con tablas en la vuelta a Asobal

CARMEN GARCÍA DE BURGOS PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Ramón Leiro

Varios piques entre las plantillas deslucieron un partido vibrante que acabó en empate

13 feb 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Comenzó el partido con un minuto de silencio por el padre de Amérigo, el portero que tantos suspiros de alivio está regalando al Teucro, y cuya ausencia notó ayer el equipo azul con más apuros que en otros encuentros. La actuación irregular de Andrés Delgado le propició tantos halagos como críticas, y el peso recayó con más intensidad en la defensa azul, que marcaba el ritmo del partido en función de su eficacia.

Los diez primeros minutos le pesaron al Teucro tanto como los dos meses que llevaban sin jugar en competición, y dejaron al Go Fit adelantarse hasta cinco puntos en el marcador y no bajar de los cuatro de ventaja. Empezaba a establecerse como pauta esta distancia cuando Quique Domínguez se vio obligado a pedir un tiempo muerto para reorganizar un cuadro que acababa de quedar mermado por una exclusión. Surtió efecto. Los azules lograron ajustar su defensa y pasar a ataques largos que les permitieran suplir la falta de un jugador hasta su retorno.

Y sirvió para mucho más. Una vez afinada la táctica defensiva, el Teucro pudo empezar a lucirse en lo suyo: el ataque. Fueron reduciendo la diferencia que los separaba hasta dejarla primero en dos puntos en el minuto 19 y, apenas cuatro más tarde, en un empate a 14. Carlos García y Balenciaga protagonizaron algunos de los goles más aplaudidos por la afición teucrista, que no quiso reprimir los aplausos cuando el central vasco logró igualar el marcador en apenas dos minutos con dos goles que culminaban sendas jugadas con cambio de dirección. Todo, en cuestión de segundos, imprimiéndole a las carreras con las que atravesaba toda la pista su sello personal.

La actuación de Balenciaga tampoco pasó desapercibida al cuadro visitante, que estrenó el segundo tiempo con una defensa mixta sobre el central aprovechando su prioridad. Era Dani Hernández el que observaba la vuelta de los vestuarios desde el banquillo. Estaba pagando las consecuencias de un pique con Calderón, con quien se intercambió alguna falta, que primero le hizo el lateral izquierdo del cuadro negro en el minuito 25, y que el lateral derecho azul decidió devolverle a segundos del final de la primera parte. Tan pronto recuperó a todos sus jugadores, el Teucro volvió a apretar y Delgado empezó a sorprender a la afición con algunas paradas que la levantaron de su asiento. Casi tantas veces como quejas por errores imperdonables.

Transcurrió casi todo el segundo tiempo entre idas y venidas que no hacían más que tensionar a los presentes en el pabellón municipal. Ninguno de los dos equipos permitió que la distancia entre ambos superase los dos puntos, y el marcador permaneció casi todo el tiempo parejo. Si los primeros diez minutos de partido destacaron por la actividad que registraron ambas porterías, sobre todo la azul, el último cuarto de hora lo hizo por su estaticidad, con apenas cinco tatnos por equipo.

La tensión que imprimía la paridad en el luminoso se contagió a las gradas y a la propia cancha, que fue escenario de dos tarjetas rojas en apenas cinco minutos. La primera a Calderón por un nuevo enfrentamiento con Dani Hernández en el 54 que sumaba la tercera exclusión; y la segunda a Carlos García por una falta a cinco segundos del final. La bronca continuó entre el banquillo visitante y parte de la afición azul, y, una vez terminado el encuentro, con toda ella.

Sobraba. El entrenador del Go Fit, tras un encontronazo en la pista con lateral derecho azul, provocó a todo el pabellón municipal invitando a su plantilla a salir a la cancha para festejar el empate aplaudiendo a los teucristas. Pitidos y abucheos marcaron el final de un encuentro salpicado por la emoción del juego y por una tensión añadida que nada tuvo que ver con el deporte.