«Nadie dijo nunca que la vida fuera fácil y el rock, menos»

c. pereiro PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El músico asturiano llega mañana a Pontevedra con la pretensión de ofrecer sus mejores temas en la Sala Karma

12 feb 2016 . Actualizado a las 05:05 h.

Es probable que varios pasajes del rock asturiano los haya escrito Igor Paskual, y no solo a base de canciones. Su vida camina entre la música, las letras y el saber estar. Un alma ardiente que decidió profesar su vida a la música, ya sea en solitario, como guitarrista de Loquillo, o dando conferencias sobre Bowie en la Universidad de Oviedo.

-¿Le resulta difícil quitarse el cliché de ser conocido como «guitarrista de Loquillo»?

-Yo lo llevo con orgullo. Soy el guitarrista de Loquillo, y desde hace muchos años. Es motivo de honra. Con el Loco he crecido muchísimo personalmente y como compositor. Salvando las distancias, en EE.UU. sería como ser el guitarrista de Johnny Cash o Kris Kristofferson. Soy el guitarrista de una leyenda y es normal que se reseñe. Es cierto que lo que yo hago en solitario está hecho desde otro punto de vista y debo diferenciarlo.

-Usted parece salirse del canon de rockero que la sociedad ha creado. Escribe libros, artículos, da conferencias... ¿Está reñida la figura culta con la de rockero?

-Está reñido pero porque ha interesado que estuviera. En los años 60 todos los rockeros ingleses habían pasado por una escuela de arte. Eran gente culta, que sabía pensar. Por eso pienso que ese rock surge de la reflexión, de una intelectualización del blues americano. ¿Qué ocurre? Que a músicos y medios nos ha interesado mucho, y al público, vender la imagen de nocturnidad, de alevosía, de adicciones... Representa una fantasía, la del vivir al margen de la sociedad, de la imagen gris del oficinista.

-Hemos perdido muchos mitos musicales en este comienzo de año, ¿ve relevo?

-Es una cuestión complicada. Están muriendo los pioneros, y siempre les tendremos ese respeto de héroes, es inevitable. Hay relevo, estoy seguro, pero en los primeros estadios de una disciplina es donde más posibilidades hay de inventar. La innovación es más difícil hoy que nunca.

-¿Tiene algún tabú en su arte?

-Yo tengo mucho pudor para algunas cosas, pero es cierto que no lo tengo para hablar de la noche, el sexo u otros temas. Todos tenemos una barra que nos reservamos para nosotros mismos.

-¿Qué le va a ofrecer a los pontevedreses?

-En solitario es mi primera visita a esta ciudad. La gente de aquí se encontrará con una banda de rock and roll. Es una banda muy poderosa, muy versátil. Hacemos el disco pero lo revisamos para que el público interactúe. Detesto que la gente se aburra en un concierto y prometo que cualquier persona que pague la entrada saldrá más contenta de lo que entró.

-¿Tuvo algún momento de dejarlo todo?

-Muchísimos, pero siempre tuve claro que quería vivir de la música. Momentos malos los tenemos todos, el carnicero, el arquitecto y el músico. La vida nadie dijo que fuera fácil, y el rock menos.