El masaje más especial del Teucro

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Miguel Pérez da un masaje a un jugador del Teucro antes del entrenamiento de ayer en el pabellón municipal.
Miguel Pérez da un masaje a un jugador del Teucro antes del entrenamiento de ayer en el pabellón municipal. capotillo< / span>

Miguel Pérez es uno más en el equipo y la mejor ayuda de su fisioterapeuta desde la pretemporada gracias a un acuerdo con Down Pontevedra-Xuntos

14 oct 2015 . Actualizado a las 08:30 h.

Miguel llega sobre la hora a la cita. No es para menos. Su agenda es difícil de igualar. Hace apenas un par de horas que salió de una larga mañana de clases y se prepara para las actividades de la tarde. Antes casi de saludar, pide disculpas por el retraso. Estudio, deporte y ocio se acumulan en su día y desde agosto se ha sumado a las filas del Teucro como masajista para ayudar a Javier Martín, el fisioterapeuta del equipo. A través del convenio de colaboración con Down Pontevedra-Xuntos, el joven de 23 años se une al proyecto deportivo en Asobal.

Fue una decisión inesperada, casi de casualidad. El segundo entrenador del equipo, Luis Montes, le presentó al fisio del equipo y le comentó que era masajista, que podía echarle una mano esta temporada para aliviar su carga de trabajo. Fue dicho y hecho. Ahora trabaja como uno más. «Voy dos días a la semana o cuando me necesitan, la parte que más se le exige a los jugadores son los hombros, lesiones en los dedos o contracturas en las piernas», comenta Pérez, que cambia sobre la marcha los planes de la tarde. Anula la sesión de piscina y estará a las siete en el pabellón para ayudar al equipo, que vuelve al entrenamiento después de un empate en Benidorm que los ha llevado al límite. «Yo los preparo antes de entrenar y luego Javi les da caña. Por las tardes me manda un wasap para avisarme de que tenemos trabajo, estoy aprendiendo muchas cosas con él», bromea el joven, que pese a la insistencia no confiesa quién es el más quejica de la plantilla. Secretos de vestuario. Miguel Pérez ya trabajó durante tres años en el Centro de Recuperación Torrado. Estudió quiromasaje terapéutico y deportivo y quiromasaje superior, además de masaje de lesiones deportivas, lo que le abrió la puerta a trabajar con jugadores profesionales.

El próximo mes de diciembre volverá a trabajar. Estaba previsto que empezase ya, pero Miguel Pérez no para y ahora está haciendo un curso de ayudante sociosanitario en la Cruz Roja. «Hoy saqué un diez en el segundo módulo de intervenciones higiénico sanitarias», confiesa ante Montes y su padre, que asegura que siempre quiere ser el mejor en todo. Va camino de serlo.

Aprendiendo aún más

Ahora está profundizando más en el universo de las lesiones deportivas. Está a punto de empezar un libro sobre quinesiotaping que le recomendó el fisio del equipo. «Antes trabajaba con mayores y ahora está haciéndolo muy bien con deportistas profesionales, está muy integrado», explica el segundo entrenador del equipo.

Hasta junio seguirá como masajista en el Teucro, donde antes de trabajar con las lesiones de la plantilla, vendía rifas, dentro del convenio Xuntos. «Hay siete chicos que colaboran con el equipo como delegados de los equipos base o con la mopa en los partidos», explican desde Down Pontevedra-Xuntos. Miguel sabe perfectamente como és. «Tengo Síndrome de Down, que es una alteración cromosómica», puntualiza durante la conversación. Cuando no trabaja ni estudia, algo difícil en su ajetreada vida, a Miguel le gusta tocar el piano, andar en bicicleta y salir de fiesta con sus amigos, esto último reservado solo para los sábados en los que el Teucro no juega en Pontevedra. Ahí no puede fallar.