Pedro García revive en el Sardinero

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Pedro García lucha por un balón en el partido del domingo en el Sardinero.
Pedro García lucha por un balón en el partido del domingo en el Sardinero. lof< / span>

El mediocentro granate marcó su primer gol contra uno de sus exequipos, el Racing, donde vivió la cara más amarga del negocio del fútbol

13 oct 2015 . Actualizado a las 11:17 h.

Es cierto que el fútbol es caprichoso. Este domingo lo fue en el Sardinero para Pedro García. El mediocentro granate dejó al inicio de esta temporada de ser un fijo en el once de partida, pero Luisito sí cuenta con él en partidos específicos para dar un impulso al juego. Ante el Racing de Santander fue uno de ellos. «Estaban haciendo las cosas bien, salí porque el míster quería control en el centro del campo y hacer llegada», explica. Era su momento, saltaba a su antigua casa para intentar dejar huella. Apenas quince minutos después de pisar el Sardinero vestido de granate, Pedro García batía a Dani Sotres. Era el destino que le tenía ese regalo en el minuto 75 de juego o que «Mouriño vio bien el desmarque y con su precisión disparó y yo solo tuve que meterla», como prefiere decir él. Abría el marcador en el Sardinero, su excasa y ante un histórico. En ese momento se le pasó por la cabeza una de las etapas más agridulces de su vida deportiva. «Éramos un equipo súper joven, habíamos hecho una buena temporada, pero el primer equipo descendió y nos arrastró, deportivamente fue una oportunidad increíble, pero conocí la cara más amarga del fútbol», indica Pedro García sobre la temporada 2013-14, cuando los impagos del Racing de Santander ahogaban a sus jugadores.

El vigués, que militaba en las filas del filial y a veces subía con el primer equipo, fue uno de ellos. Con 22 años, lejos de casa, descubrió la amargura del negocio. «Acabamos la temporada con cuatro meses de deuda, estábamos sin cobrar. Los que éramos de fuera estábamos vendidos», explica Pedro García, que tiene un recuerdo especial para su amigo y excompañero de equipo Bruno Pascua. «Me acogió en su familia en ese momento, la mía ya no me podía ayudar más». Esa etapa le valió para madurar en lo personal, pero también en lo deportivo. «A pesar de mi juventud tuve el rol de veterano en la plantilla, en Santander hice muchos buenos», indica García, que tras el partido del domingo se reencontró con alguno de ellos. «Fue una sensación superbonita, sé que tengo allí una familia para toda la vida», comentó ya en Pontevedra.

El mediocentro vigués solo ha jugado esta temporada 116 minutos. Luisito ha contado especialmente con él en partidos contra sus ex equipos. Jugó 34 minutos ante el Racing de Ferrol y el domingo entró en el 57 en lugar de Jacobo. En liga solo salió tres minutos más frente al Lealtad. En Pasarón aún no ha debutado, mientras el año pasado salió de titular en veinte partidos y en tres de los cuatro encuentros del play off. «Es algo que no me planteo, solo pienso en ayudar a mis compañeros, en hacer mi trabajo, haga lo que haga siempre soy una persona positiva en un deporte colectivo», señala García, que pese a no tener muchos minutos reconoce que «el gol te da más confianza». Marcar ayer ante unos siete mil espectadores en el Sardinero fue una sensación que difícilmente va a borrar de su mente. Revivió, pero recuerda, como el resto de sus compañeros, que el fútbol del Pontevedra es coral: «Al final que yo metiera el gol es fruto del trabajo colectivo, yo soy un jugador de equipo y en Santander supimos llevar el partido y frenar los arreones suyos».

Los goles este domingo llegaron de la parte defensiva. Primero fue Pedro García y tres minutos después fue Verdú. Borjas advertía la pasada semana que el gol no era solo tarea de los delanteros, que al final del campeonato entre diez y 15 tantos llegan de jugadores defensivos. El domingo llegaron los primeros. «Después de un año allí, tuve que ser yo quién marcase», comenta con ironía García.

En dos partidos suman más que en toda la liga

El Pontevedra parece haber encontrado la aguja de marear al rival. Con la victoria en el Sardinero suma la segunda victoria consecutiva y la primera fuera de casa. Seis puntos en dos partidos, frente a los cuatro logrados en los cinco anteriores. Cuando el calendario parecía ponerse más torcido, Luisito supo exprimir a sus jugadores para que el Coruxo y el Racing de Santander pareciesen diminutos. Con un 3-1 y un 1-2 consecutivos, los granate suman seis puntos tan valiosos que lo llevan a la décimo tercera posición, cuando quince días atrás estaban en la zona de promoción.

Aún es pronto para preocuparse por la posición en la tabla, pero cuanto más arriba, más tranquilidad se respira en la plantilla. Una tranquilidad que se transforma en motivación para recibir al rival. En los dos últimos partidos, el cuerpo técnico ha optado por el mismo once inicial. Tanto en el encuentro frente al Coruxo como en el del domingo en el Sardinero, Luisito diseñó un once de partida con Edu, en portería, Adrián Gómez, Verdú, Campillo, Capi, Kevin Presa, Jandrín, Álex Fernández, Borjas, Mouriño y Jacobo. Era la primera jornada en toda la temporada en el que el Pontevedra contaba al cien por cien con toda la plantilla. Ni lesionados, ni sanciones. A pesar de que Queijeiro y Carnero ya estaban en condiciones, ambos no tuvieron minutos por decisión técnica. El coruñés no fue convocado.

El próximo domingo reciben en Pasarón al Atlético Astorga, el ex equipo de Borjas Martín, donde el año pasado fue el máximo goleador después de bendecir sus botas en la recta final de la temporada.