Rescatan a un hombre de 92 años que no lograba salir de su bañera desde el lunes

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

LÓPEZ PENIDE

Vecinos del nonagenario alertaron a los servicios de emergencia tras oír gritos de socorro del interior de la vivienda

09 oct 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Faltaban unos minutos para la una de la tarde de ayer cuando unos vecinos del número 16 de la calle Benito Corbal, en plena milla de oro de Pontevedra, escucharon una serie de gritos de socorro procedentes de una de las viviendas de la novena planta. De inmediato, se dio aviso a la Policía Nacional y a la Local, cuyos agentes comprobaron que la puerta de acceso al piso en cuestión estaba cerrada por dentro. Al mismo tiempo, acudía a este céntrico punto de la ciudad de Lérez una ambulancia del 061.

Todo parece indicar que, ante la imposibilidad de localizar a un familiar o a un allegado que tuviese una llave que les permitiese franquear la puerta, se optó por requerir la presencia del retén de guardia de los Bombeiros de Pontevedra.

Paralelamente, en las inmediaciones del portal del inmueble comenzaban a agolparse decenas de personas. El inusual despliegue de medios de los cuerpos de seguridad y de los servicios de emergencias generó una gran expectación, una circunstancia a la que contribuyó la hora a la que se produjo el incidente y la ubicación del edificio, una de las principales arterías comerciales de Pontevedra.

Pronto comenzaron a circular toda clase de versiones sobre lo que había ocurrido. Lo único cierto es que, tras confirmar que en el piso únicamente residía una persona -J.?J.?A.?F., de 92 años-, el personal contraincendios optó por forzar la puerta de acceso al mismo, según explicaron horas después desde este servicio municipal. A este respecto, añadieron que el inquilino del piso fue localizado en la bañera del cuarto de baño. Tras una primera asistencia en el mismo piso, fue introducido en camilla en la ambulancia del 061, que lo derivó al Hospital Domínguez.

En observación

En este centro sanitario permanecía en observación al cierre de esta edición. Según trascendió, se le apreció un traumatismo craneoencefálico con conmoción cerebral y diversas contusiones, y también fue sometido a tratamiento médico para atajar la deshidratación que presentaba.

Desde la Comisaría Provincial precisaron que el hombre llevaba cerca de tres días tirado en el baño. Señalaron que sufrió una caída el pasado lunes por la noche cuando, al parecer, iba a darse una ducha. Como consecuencia del golpe, presumiblemente, sufrió problemas de movilidad que le impidieron ya no solo abandonar el aseo, sino alertar a otras personas de su situación, por lo que no le quedó más remedio que encomendarse a que alguien escuchase sus gritos de auxilio, algo que no se produjo hasta pasado el mediodía de ayer.

Incidente previo

Se da la paradoja de que, horas antes, los Bombeiros y la Policía Local de Pontevedra habían intervenido en un accidente ocurrido en similares circunstancias.

Pasadas las cuatro y cuarto de la madrugada, agentes municipales solicitaron que una dotación del servicio contraincendios acudiese hasta una vivienda de la calle Amado Carballo, en las proximidades de la iglesia Virgen del Camino. Previamente, la Jefatura municipal había sido alertada de que una persona de edad avanzada podía haber sufrido, en algún momento de esa misma noche, una caída que le impedía abrir la puerta.

Al igual que ocurriría posteriormente, los bomberos tuvieron que reventar la puerta para, de este modo, posibilitar el acceso al interior de los policías locales y el personal del 061. Según trascendió, el inquilino había sufrido una caída en el interior de la bañera. En este sentido, las fuentes consultadas precisaron que, aunque consiguió levantarse, el personal sanitario optó por trasladarlo en una ambulancia medicalizada hasta un centro hospitalario donde recibió asistencia médica.

121.500 mayores de 65 años viven solos en Galicia, y solo 4.770 tienen teleasistencia

En Galicia hay, según los datos del Instituto Nacional de Estadística, 121.500 personas mayores de 65 años que viven solas. De ellas, 24.500 tienen 85 años o más, y de estas 22.300 son mujeres y solo 2.300 son hombres.

Un servicio pensado especialmente para este colectivo es la teleasistencia, que permite a los usuarios, cuando tienen algún percance, ponerse en contacto con el centro de atención solo con pulsar un botón. Cuenta con 4.770 personas inscritas.

Otro servicio de este tipo a disposición de la tercera edad es el llamado Mi Avizor, un sistema de teleasistencia avanzado que permite a familiares conocer el estado de salud de los mayores incluso desde el extranjero. Desarrollado por la Universidade de Santiago, tiene actualmente 400 usuarios.

Además, el servicio de ayuda en el hogar beneficia a 11.000 personas y Cruz Roja atiende a 13.000.