Ence argumentó ayer, para justificar su compromiso con Pontevedra, que en diez años ha invertido 77,8 millones de euros en su factoría de Lourizán. Cerca del 29 % de estas inversiones, es decir, más de 22,47 millones de euros, se destinaron a proyectos de mejora ambiental. La pastera recalcó que tan solo la depuradora que se utiliza en el complejo supuso un desembolso superior a los doce millones de euros.
Según Ence, «este esforzo inversor xerou importantes melloras». Por ejemplo, los dos principales indicadores de calidad del efluente líquido de la fábrica experimentaron «avances radicais». La demanda biológica de oxígeno (DBO) del efluente se redujo en una década en un 80 %. La demanda química de oxígeno (DQO) se redujo en un 30 %.
Estas mejoras, ocurridas a partir del 2005, tuvieron como complementos otras medidas que facilitaron que el consumo de agua para producir pasta de papel se redujese en un 73 % para el 2014. «A empresa traballa xa no desenvolvemento dun proxecto para reducir noutro 90 % a demanda de auga».
Más de ocho millones se destinaron a la eliminación de malos olores y a reducir los impactos visuales de los penachos de vapor de agua. Está previsto destinar otros 8 millones para finalizar estos programas.
Por último, Ence invitó a sus detractores a visitar sus instalaciones para que puedan conocerlas y «falar a partir de datos», según señalaron desde la empresa.