El partido ante el Valladolid esboza un Pontevedra fuerte y luchador

Nieves D. Amil
nieves d. amil PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Luisito, satisfecho con el sacrificio de la plantilla, aún ve defectos en la parte táctica

03 ago 2015 . Actualizado a las 05:05 h.

«Nos vino muy bien para aprender a sufrir». Así resume Luisito, técnico del Pontevedra, la derrota ante el Valladolid en el trofeo Ciudad de Pontevedra. El sufrimiento y el esfuerzo individual esboza un equipo luchador, al que solo queda dar forma en la parte táctica. Prueba de ello es que los mejores minutos del equipo fueron en la primera parte, cuando estaba sobre el campo el once habitual de la liga.

En el momento en el que entraron los cambios, el juego conjunto bajó el nivel, aupado además por el cansancio del intenso plan de entrenamientos. «Nos hubieran venido bien jugadores como Verdú, Jandrín o Anxo, pero los nuevos aún tienen que adaptarse, toca mejorar el aspecto táctico», explica. Además, en la segunda parte recurrió a Pablo, aquejado de una sobrecarga, y a Miki, que la picadura de un insecto le llevó a estar en el hospital la víspera del partido. Tuvo que tirar de los canteranos Ramón, Rodri, Santi y Miguel, pero el equipo empezaba a pagar la exigencia del juego y el rival aprovechó las debilidades que se abrían atrás para marcar.

Hasta ese momento poco le importó al Pontevedra tener enfrente a un equipo con opciones de ascenso a Primera. «Rindieron a un nivel muy alto, tocando mucho ante una plantilla que tiene más calidad individual y en conjunto», explicó Luisito, que está satisfecho de cómo defendieron la camiseta sus jugadores. Uno de los granates que más brilló sobre el campo fue Pedro García, que ayer solo sacaba reseñas positivas del encuentro. «Llevamos mucho tiempo de preparación y tuvimos poco descanso después del final de liga, sin embargo salimos con una idea de juego muy clara y competimos muy fuerte», indica el mediocentro. Los primeros quince minutos fueron de acondicionamiento, pero una vez asentados en el campo, hicieron pequeño al Valladolid hasta la llegada del primer gol. Pedro y Kevin dominaron el centro del campo y facilitaban las cosas a Tomás y Carnero, incluso pudieron iniciar jugadas desde atrás que pusieron nerviosos en alguna ocasión a la defensa vallisoletana.

Medio camino hecho

La intensidad en los entrenamientos del Luisito está siendo vital para llegar a punto al 23 de agosto frente al Guijuelo. Pedro, que jugó tres años en Segunda B, asegura que hay que salir todos los días sin complejo de inferioridad. «Costó mucho salir de Tercera y ahora hay que ser conscientes de lo que somos e ilusionarnos nosotros y hacerlo con la ciudad», subraya. Sabe que este año no valen los despistes porque cualquier debilidad que muestren sobre el terreno de juego va a ser aprovechada por el rival. El sábado el Valladolid supo encontrarle ese punto flaco en el cansancio y la falta de cohesión cuando entraron los nuevos. Gaizka Garitano aprovechó para desmontar ya definitivamente al Pontevedra con un quíntuple cambio a veinte minutos del final. «Atrás necesitaríamos incorporar a alguien más, pero yo sé el esfuerzo que está haciendo el club y estoy muy orgulloso de lo que me dan, si viene algo más, genial, sino saldremos así al máximo», advirtió el entrenador.