Temor a que se repitan los incendios del 2006 si persiste la sequía

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La comunidad de montes de Mourente, que preside Xosé Carlos Morgade, ha sido de las primeras en colocar las advertencias.
La comunidad de montes de Mourente, que preside Xosé Carlos Morgade, ha sido de las primeras en colocar las advertencias. Ramón Leiro< / span>

Los comuneros comienzan a denunciar el abandono de restos en fincas

30 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En los últimos días, han aparecido en algunos montes comunales del entorno de Pontevedra carteles advirtiendo, por un lado, de los peligros que pueden existir -caída de árboles, terreno irregular...- y, por otro, de las conductas prohibidas: verter basura, realizar fuegos o cortar madera sin contar con autorización. El objetivo, concienciar y evitar un uso abusivo, pero también insistir sobre el elevado peligro de incendio, precisaron desde la Mancomunidad de Montes.

Xosé Carlos Morgade Martínez, tras dejar claro que el monte pontevedrés «non é que estea moi mal agora mesmo», recalcó que «as previsións son de que non chova e a cousa se pode por cada vez peor. Está empezando a secar todo». En la comunidad de Mourente, han constatado que, pese a las labores de limpieza de meses atrás, «xa empezou a saír herba e fento, polo que si se cumpren as previsións vai secar prematuramente, como pasou no 2006 (...). Este ano podemos ter unhas condicións meteorolóxicas moi difíciles».

Desde la mancomunidad precisaron que, en otras condiciones, el manto de hierba y helecho surgido contribuiría a mantener un grado de humedad optimo en el suelo, lo que redundaría en minimizar el riesgo de incendio. Sin embargo, «a escaseza de chuvias dos últimos meses está a provocar a seca acelerada deste manto». Y lo que antes sería un aliado en la lucha contra el fuego puede terminar convirtiéndose en el combustible de las llamas.

Se trata de una situación que, en opinión de Morgade Martínez, se agrava con la dejadez que los comuneros observan en muchas parcelas particulares. Producto, en buena parte de los casos, de la costumbre «bastante frecuente» de dejar los restos de talas abandonados en las fincas, una conducta que en el pasado se permitía, pero que la normativa vigente exige que, pasado un plazo de tiempo, se trituren. «Estamos vendo que non o fan», añadió.

Para el dirigente comunal, los responsables últimos de esta situación no sería los titulares de los terrenos, sino los madereros que compran la madera. A fin de cuentas, tal y como sostuvo, «son os que tramitan diante da consellería os permisos de corta e nestes permisos xa vai iso. Saben que teñen que facelo». Sin embargo, los comuneros aseguran estar cansados de estar avisando a los presuntos infractores, por lo que han decidido empezar a interponer denuncias para que la Xunta de Galicia y el Concello de Pontevedra actúen.

Paralelamente, estos colectivos vecinales acordaron establecer una suerte de dispositivos de vigilancia -«non é unha cousa regrada. É, máis ben, algo informal», puntualiza- para denunciar cualquier acción que suponga un uso no permitido del monte.