Los héroes de la gran gesta granate

Roi Palmás
roi palmás PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Un bloque joven pero experimentado que ganó merecidamente la liga y que supo sufrir en el play-off

29 jun 2015 . Actualizado a las 18:10 h.

El secreto del vestuario del Pontevedra Club de Fútbol de este año ha sido la conjunción de las piezas. Bien es cierto que desde antes de que arrancase oficialmente la temporada se había puesto sobre la mesa la única meta del ascenso, pero lo cierto es que finalmente el granate se ha confirmado como el mejor de todos los equipos que conformaban el Grupo 1 de la Tercera.

Juventud a raudales en todas las líneas, unida a hombres con muchos kilómetros en sus carreras ha vuelto a ser la gran fórmula, el gran secreto para convertir un equipo en un campeón.

El Pontevedra regresa a la Segunda División B por la puerta grande. Ahora, tras vivir tres durísimas rondas previas, el equipo es más maduro, más sacrificado y más consciente de que no se puede volver a caer en el pozo.

La calidad que reside en las botas de este bloque de amantes del fútbol, guiados por la batuta de Luisito, ha sido el nexo de unión entre lo vivido durante la fase regular y el play-off. Una de las frases más veces repetidas por el jefe del banquillo lerezano fue en las últimas semanas que «habrá momentos en los que nos veremos eliminados y otros en los que ya creamos que hemos ascendido». Y finalmente, y a toro pasado, puede ser uno de los mejores resúmenes de todo lo experimentado.

La clave del desenlace ha sido saber esperar, aprender a sufrir y tener una confianza ciega en las posibilidades. El Pontevedra es mejor equipo que el Mensajero, que el Manzanares y también que el Haro Deportivo. A pesar de haber regresado con los tres lastres del correspondiente 1-0, Pasarón y el vestuario, respondieron.

Una afición de Primera

Cada vez que un rival juega en el muncipal pontevedrés sale impresionado por el estadio y por el ambiente. Con dos de las mejores entradas que se recuerdan en los útimos tiempos, la marea ha llevado al equipo en volandas a donde se merece.

Han hecho falta cuatro años para subir un escalón que es mucho más alto de lo que pueda parecer. Pero ya es una realidad. El Pontevedra ha vuelto a la categoría de bronce del fútbol nacional y tiene ganas de echar raíces y de no mirar atrás. Del futuro y de los éxitos deportivos dependerá si se sigue mirando hacia cotas mayores o si se asienta definitivamente en esta liga.

ascenso granate