Año y medio tras ser pillado robando por el método de la mirilla

Alfredo López Penide
López Penide PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El ladrón fue, posteriormente, reconocido fotográficamente en la Comisaría

28 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Aunque fue en el 2013 cuando Pontevedra registró una oleada de robos en viviendas por el procedimiento de la mirilla, se trata de un método que ya con anterioridad se venía empleando en algún que otro desvalijamiento domiciliario. Uno de estos asaltos acaba de concluir en la condena del autor, un ciudadano con pasaporte rumano que, en la mañana del 17 de junio del 2011, fue pillado in fraganti en el interior de un céntrico piso pontevedrés.

Las fuentes consultadas se mostraron convencidas de que, a la hora de comprobar que los inquilinos de la vivienda habían salido, utilizó la mirilla de la puerta principal. De este modo, habría podido determinar que la casa se encontraba vacía para, acto seguido, forzar la cerradura de la puerta de seguridad extrayendo el bombillo.

Con lo que no contó el ladrón fue con que uno de los moradores del inmueble iba a regresar a los pocos minutos: «Cuando estaba registrando armarios y cajones del dormitorio principal en busca de objetos de valor fue sorprendido por la llegada de uno de los propietarios».

Este, al percatarse de la ausencia del bombín en la cerradura, ya ni llegó a entrar en el piso. No obstante, su presencia no pasó desapercibida para el desvalijador, quien optó por abandonar la casa. Y lo hizo, demostrando aplomó y tranquilidad. No en vano, según consta en la sentencia, se cruzó con el denunciante en el rellano haciéndole «el gesto de que guardara silencio llevándose [un] dedo a los labios», al tiempo que le propinaba un ligero empujón.

En esta ocasión, el ladrón se fue de vacío, por lo que ha sido condenado a un año y medio de cárcel como autor de un delito de robo con fuerza en las cosas en casa habitada en grado de tentativa. A la hora de fundamentar la autoría, en la resolución judicial se remarca que la víctima, en el momento de interponer la denuncia, ya reconoció la imagen fotográfica del acusado entre las decenas que le mostraron los agentes de la Policía Nacional.