Sentido común, señores candidatos

La Voz EUGENIO GIRÁLDEZ

PONTEVEDRA CIUDAD

En lugar de reiterar proclamas electoralistas, serán de agradecer propuestas sensatas y realizables para el futuro de la ciudad

26 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ahora que ya tenemos completa la parrilla de contendientes para las próximas elecciones municipales y que viviremos fechas propicias para proclamas y promesas, cabe proponer a los candidatos un ejercicio de contención. Por favor, cuenten hasta diez antes de sacar la lengua a pasear para vendernos humo. Valoren tomar en consideración propuestas inspiradas en el sentido común. Es decir, en el sentir de muchos y en la sensatez. Y eviten hacernos sentir vergüenza ajena.

La ciudadanía ya está escarmentada de compromisos irrealizables que solo suponen un titular periodístico fugaz; anuncios que normalmente desprenden tufillo demagógico. Hagan memoria. ¿Cuántos años llevamos escuchando que tendríamos una circunvalación, un saneamiento integral de la ría o un nuevo hospital?

Lustros; décadas quizás. Rescatar en la Red declaraciones de candidatos, dirigentes políticos y cargos públicos sobre tales u otros asuntos, ruborizan al ciudadano, aunque a quienes deberían avergonzar es a sus autores.

Con el afán de evitarnos mutuamente esos espectáculos, sería muy recomendable que los candidatos se aplicasen a elaborar propuestas responsables, realizables y concordes al interés general.

Hay materia de sobra. Esta semana que concluye les acaba de poner, más bien de reavivar, deberes en dos ámbitos de actuación: infraestructuras viales y medioambientales.

Mantengo que ciudades divididas territorialmente por un río necesitan cuantos más puentes mejor. Pontevedra no es una excepción. Diputación y Concello rivalizaron en el 2012 por construir sendos viaductos sobre el Lérez, a pesar de que la crisis ya nos había reventado en la cara.

Así, se ejecutaron los de Monteporreiro y As Correntes, respectivamente. El primero articula una comunicación entre el norte de la ciudad y la urbanización del mismo nombre. El segundo presenta aforos de tráfico muy superiores pero desemboca en un disparate de rotonda, incrustada en la avenida Domingo Fontán y sin la solución de continuidad que debería tener para canalizar el torrente de vehículos hacia la autopista AP-9 y las carreteras de titularidad autonómica que conducen hacia Sanxenxo y Vilagarcía.

El proyecto de reforma del nudo de Bomberos es una necesidad urgente. Pero Ministerio de Fomento, Xunta y Concello de Pontevedra (además del Concello de Poio por cuestiones colaterales) llevan casi tres años mareando la perdiz. Se dan pasos muy lentamente. El viernes les informaba López Penide en estas mismas páginas de que el consistorio pontevedrés acaba de dar un plácet, con condiciones, al proyecto.

Necesidad imperiosa

El próximo gobierno municipal que salga de las urnas el 24 de mayo tiene la obligación de abrochar ese acuerdo entre las diferentes instituciones para agilizar la solución a esta necesidad incuestionable para la movilidad.

La inversión prevista, de seis millones de euros, resulta de antemano más rentable socialmente por el volumen de tráfico que se puede ordenar frente al pastizal que se maneja (más de 86 millones de euros) para construir un subtramo de seis kilómetros de la pretendida circunvalación entre Vilaboa y Marcón, absolutamente carente de continuidad a corto plazo y con un nivel de contestación vecinal evidente.

Vertidos a la ría

El eterno debate sobre Ence es tan intenso y recurrente que opaca otros problemas medioambientales que padece la ría de Pontevedra. En estos días, mientras asistimos al nuevo discurso del PP sobre la pastera para desmarcarse de su propio pasado reciente, como ya hemos comentado, se acaba de reproducir un nuevo escape de la depuradora de aguas residuales a los bancos marisqueros de Mollavao.

Resulta insostenible que una instalación planteada para sanear, contamine. Y que no sea una vez, ni dos, sino ya en varias ocasiones que se producen escapes por fallos de funcionamiento.

La actual estación depuradora de aguas residuales (EDAR) ubicada en Placeres debería tener las horas contadas. Se localiza en un asentamiento discutido -con varias sentencias judiciales en contra- y con teórico plazo de caducidad, concretamente, en el 2018.

En todo caso, su capacidad está desbordada. La reiteración de estos sentinazos corrobora un deficiente funcionamiento. Por tanto, por una cuestión de coherencia, el próximo gobierno municipal deberá acometer este asunto, que atañe directamente a la administración local, ya que el mantenimiento de la EDAR corresponde al Concello de Pontevedra y se realiza mediante contrata en régimen de concesión.