Codazos antes del esprint del 24-M

Lars Christian Casares Berg
christian casares PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

Lores, el pasado miércoles, en el antiguo edificio de la ONCE, con los colectivos y asociaciones.
Lores, el pasado miércoles, en el antiguo edificio de la ONCE, con los colectivos y asociaciones. CAPOTILLO< / span>

La visita del alcalde Lores al antiguo centro de la ONCE convertido en local vecinal supone meterle el dedo en el ojo a sus socios del PSOE

26 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Esta campaña sin campaña es puro tanteo, como el de los ciclistas en los primeros kilómetros de la prueba. Pero ya se empiezan a sentir los primeros codazos antes del esprint que meterán los candidatos a medida que se acerque el 24 de mayo.

Lores rueda con maillot amarillo y por eso sus feos a los contrincantes son más sutiles. Al menos hacia quienes han rodado con él los últimos cuatro años, sus socios del PSOE, aunque la sociedad hace tiempo que se resquebraja entre reproches públicos mutuos.

Esta semana Lores se ha descolgado con una jugada con la que mete el dedo en el ojo de los socialistas hasta el fondo. Su visita al antiguo centro de la ONCE, reconvertido en local de asociaciones del Sur de la ciudad, se produjo a escasos días de que expire el ultimátum del edil de Urbanismo, Antón Louro, para que la organización de ciegos pida licencia para el centro proyectado en A Eiriña y al que está ligada la cesión al Ayuntamiento del edificio de la visita.

En el 2009, el Concello de Pontevedra recalificó algo más de 6.200 metros cuadrados propiedad de la ONCE con una edificabilidad que le permitiría hacer doscientas viviendas. La ONCE, por su parte, se comprometía a ceder dos edificaciones al Concello, a urbanizar la finca de Campolongo con un vial de acceso directo a la avenida de Vigo y a levantar un nuevo centro de recursos educativos en una parcela cedida por el Concello en el polígono de A Eiriña. Allí, la ONCE tendría que hacer además aparcamiento subterráneo de uso público.

El Concello recalificó los terrenos y cedió la parcela, pero la ONCE se limitó a ceder su antiguo centro, ahora reconvertido en local social vecinal.

Tres meses les dio Louro a la ONCE para que pidieran licencia para construir el nuevo centro de la ONCE en Pontevedra. Y tres meses se cumplen hoy.

Y es que la decisión del ala nacionalista del gobierno local de aceptar la cesión del antiguo edificio de la ONCE e invertir en su arreglo 130.000 euros para convertirlo en local social, sin que se cumpliese la parte del pacto que obligaba a esta a construir el nuevo edificio, provocó el pasado mes de enero el enfado del grupo socialista. El PSOE acusó al BNG de actuar «en connivencia» con la ONCE en lugar de defender «os intereses de Pontevedra».

La respuesta de Lores llega en forma de visita a las asociaciones, que ya están disfrutando del nuevo local social.

Y eso pese a que Louro manifestó, tras enviar el ultimátum de los tres meses, que estaba dispuesto a romper el convenio y recuperar la titularidad de la parcela del polígono de A Eiriña, aunque esto desembocase en un monumental lío legal. El Concello se enfrentaría a una hipotética devolución entonces a la ONCE del edificio de la antigua residencia, por lo que podría exigir a la organización de ciegos el reembolso de las obras acometidas en el mismo. ¿Y qué sucedería con las asociaciones y entidades vecinales a las que se ha cedido el uso del inmueble? El codazo de Lores al PSOE sitúa más cerca de los vecinos, votantes el 24 de mayo, al regidor que a sus socios.

Los socialistas, entretanto, continúan sin encontrar un caballo de batalla al que subirse, aunque no por ello renuncian a sus zancadillas. La última, en forma de reproche de promesa incumplida. Tino Fernández, el candidato socialista, ha desempolvado una promesa del BNG sobre una senda verde entre Marín y Pontevedra siguiendo la línea del tren. Afea Fernández a Lores que apueste ahora por un paseo peatonal por la ría cuando aún está pendiente el cumplimiento de la promesa anterior. El lanzamiento de reproche puede haberse hecho con bumerán. Ya se sabe que en cuestión de promesas incumplidas todos tienen las suyas.

crónica política capital y tal

Louro amenazó en enero con romper el convenio que convirtió el edificio en municipal