El Teucro se cobra una nueva víctima y gana media liga

Roi Palmás
Roi Palmás PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

El Valladolid tuvo al líder contra las cuerdas pero acabó sucumbiendo y sin opciones

29 mar 2015 . Actualizado a las 05:05 h.

Más público que nunca para festejar más alto que nunca que el Teucro está más cerca que nunca de ganar esta liga. Así se puede analizar lo vivido ayer en el municipal, en la noche en la que los azules se metieron en el bolsillo más de medio título de campeón y otro medio ascenso.

El Valladolid quiso pero no pudo ante la máquina teucrista, que aunque sufrió, supo reponerse y acabar arrasando al que era un rival directo. 

La primera entrega tuvo minutos para ambos contendientes. Empezó golpeando el Teucro hasta el 6-3 rozando los diez minutos y respondió el Valladolid igualando la contienda (6-6) solo tres minutos más tarde. A partir de ahí comenzaría el baile de empates, que llegaría hasta el 8-8 y que sería el preludio de los minutos más difíciles para los azules. Y es que los pucelanos se hicieron fuertes en defensa y se mostraron acertados ante la portería rival, a pesar de que Ricardo Amérigo volvió a dar un recital bajo palos.

Se consumía la primera media hora de juego y Quique Domínguez veía cómo los suyos se empotraban, una y otra vez, contra los palos. Chapela, Moledo, Dani Hernández (que le dio a los dos postes en un mismo remate) y Borja, ya en la segunda mitad, se toparon con la madera cuando casi celebraban los goles.

Pero el comienzo arrollador del segundo tiempo equilibró de nuevo las fuerzas. Del 10-13 se pasó al 17-17 solo once minutos después y el público empezó a jugar sus cartas.

Al grito de «sí se puede» y de «ahora Teucro, ahora» se logró voltear el electrónico. Fue Víctor, inconmensurable en defensa y decisivo en su aportación ante la meta rival, al igual que Carlos, Dani Hernández y Edu Moledo.

Ellos capitalizaron gran parte del poder ofensivo de un líder que presenta pocas carencias y exhibe muchas virtudes, especialmente cuando juega en casa.

Las exclusiones de Dani Pérez y especialmente la de Fernando Hernández, unidas al desgaste vallisoletano, allanaron el camino hacia la enésima victoria en su feudo del Teucro, que mete la directa hacia la Asobal.

La liga está sentenciada y el ascenso es solo cuestión de tiempo. El Valladolid sale herido de Pontevedra, mientras los de Quique Domínguez son conscientes de que la victoria de ayer vale mucho más que dos puntos. Significa la comunión total con su hinchada y la llamada a la puerta de la élite del balonmano nacional.

Marcador cada cinco minutos: 3-2 (5´), 6-4 (10´), (5´)7-6 (15´), 7-8 (20´), 9-11 (25´), 10-13 (30´, descanso), 13-14 (35´), 16-16 (40´), 18-17 (45´), 20-20 (50´), 23-21 (55´), 26-23 (60´, final).

Árbitros: Jordi Ausas y Miquel Florenza. Excluyeron a Dorado y Dani Hernández en el Teucro y a Dani Pérez y Fernando Hernández en el Valladolid.

Incidencias: Partido disputado en el municipal de Pontevedra ante 2.000 espectadores. La mejor entrada y el mejor ambiente de la temporada. Hubo minuto de silencio.

Amérigo, Pichel, Víctor, Carró, Carlos García, Dani Hernández, Edu Moledo -equipo inicial- Chapela, Pumar, Borja, Dorado

César Pérez, De la Rubia, Dani, Roberto Pérez, Gonzalo, Hernández, Rasero -equipo titular- Enrique Gutiérrez, Turrado, Delgado, Egea