Alumnos del CEIP de Barcelos se acercan a la arquitectura

Cristina Barral Diéguez
c. barral PONTEVEDRA / LA VOZ

PONTEVEDRA CIUDAD

La práctica de ayer consistió en hacer un refugio.
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Estudiantes de cuarto de Primaria construyeron un refugio con estructuras de barras

06 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Una proyección con diapositivas sobre distintos tipos de construcción en el mundo y una práctica consistente en elaborar un refugio con estructuras de barras. Fue la singular clase que ayer tuvieron cincuenta alumnos de 4º de primaria del CEIP Praza de Barcelos de Pontevedra.

La iniciativa forma parte del proyecto Arquitectura para niños, que impulsan durante este curso este colegio público de la ciudad y la Asociación Cultural Urbana Taller Abierto. El plan, de carácter muy práctico, busca acercar la arquitectura, en sentido amplio, a niños de 9 años y fue premiado por la Fundación Barrié.

Marta Guirado, una de las arquitectas de Taller Abierto, explica en un lenguaje muy coloquial diversos modelos de construcciones en Noruega, Mongolia, Grecia (los monasterios de Meteora) o Venecia. La palabra palafito, que alude a construcciones levantadas sobre el agua, suscita las primeras risas entre los niños. «Parecen payasitos», suelta un espontáneo.

Un cobertizo de pastores hecho con piedra y paja y un refugio de patinadores dan paso al «refugio favorito» del que Marta no quiere salir, la cama. Concluida la proyección, toca pasar a la acción. La clase se divide en tres grupos. Uno con Marta, otro con África Martínez, también arquitecta de Taller Abierto, y otro con Justo Fernández, profesor y coordinador del proyecto.

Justo hace los grupos entre alguna queja. «Los hombres quieren ir con Marta», dice Estefanía. Dejan claro que lo que tienen entre manos no es una competición. «Las ideas no son patrimonio de nadie, se comparten», apuntan los mayores.

Para armar el refugio los escolares solo tienen dos elementos: unas barras azules y rojas (según la longitud) y unos nudos a base de bolas amarillas. El grupo de Justo, que se situó al fondo del aula, es el que acaba antes. «¡Terminamos, menuda mansión!», comenta Álex. Incorporaron un tejado «a dos aguas» y se quejaron porque les hacía falta «más material» para ampliar.

Con alguna que otra dificultad, también acaban la tarea los otros dos grupos. Al final, tres refugios de formas diferentes que despertaron la curioridad y el interés de los escolares. La de ayer fue la segunda actividad del proyecto Arquitectura para niños y quedan otras seis por delante. La primera práctica consistió en hacer una maqueta de una zona rural.