La Estrella del Mar navega de nuevo las Rías Baixas

s. gonzález / s. barral PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

Mónica Irago

Multitud de mariñeiros y embarcaciones surcaron ayer las aguas en honor a su patrona y guía

17 jul 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

No es fácil explicar la emoción que la procesión marítima en honor a la Virxe do Carme produce entre quienes, desde cada orilla, desde cada cofradía, desde cada puerto, participan en el homenaje que cada verano, sin fallo, el mundo de la mar le depara a su patrona. O tal vez sí lo sea. La mar, que da de comer, también quita la vida. Así que cuando uno se la juega a diario con fuerzas muy superiores a la voluntad humana, no puede haber mayor consuelo que contar con una guía. Así nació, al parecer, la devoción por la Virgen del Carmen entre las gentes de la mar, con la imagen bíblica de una nube de esperanza sobre las aguas, la Stella Maris, la Estrella del Mar capaz de marcar un rumbo de salvación e imponerse al temporal.

Los mariñeiros zarparon ayer desde O Grove, desde Cambados, desde Vilaxoán, que conmemora el centenario de su hermosa talla, Carril y Rianxo, procesiones que acabaron confluyendo en una sola. No hay celebración que rivalice con la de la Virxe do Carme en el mar de Arousa.

Desde la Escuela Naval

En la ría de Pontevedra también se festejó con devoción el día del Carmen. Marín, que vive su semana grande de fiestas, se vistió de gala por la mañana con la visita del rey Felipe VI a la Escuela Naval Militar, y por la tarde con motivo de la procesión marítima que llevó a la Virgen por la ría.

Y en Poio la celebración tuvo un carácter muy especial ya que se aprovechó la efeméride para inaugurar en el muelle de Campelo un monumento en recuerdo de todos aquellos que perdieron la vida en el mar, con especial mención a los tres tripulantes del Nuevo Marcos fallecidos el pasado mes de abril tras naufragar frente a la isla de Tambo. La procesión marítima en Poio salió de los muelles de Combarro y Campelo para dirigirse hacia las bateas en las inmediaciones de Tambo, donde se llevó a cabo una emotiva ofrenda floral.

O Grove, Cambados, Vilaxoán o Carril rindieron homenaje a su patrona como mejor sabe hacerlo la gente de la mar: navegando. Algunas de las emotivas procesiones marítimas acabaron confluyendo en una sola. La fiesta se inició con alboradas y misas cantadas, en tierra, y en tierra continuó con conciertos y verbenas.

El muelle de Campelo, en Poio, acoge desde ayer un monolito en recuerdo de los marineros que perdieron la vida en la ría de Pontevedra y especialmente de Jesús Ligero, Florentino Carballa y Francisco Castiñeiras, fallecidos a finales de abril al chocar su barco, el «Nuevo Marcos», con una batea en las inmediaciones de la isla de Tambo. foto Emilio mOldes