El hombre que hizo llorar a una legión de caballeros

m.hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

Aficionados al caballo de Pontevedra juntaron fondos para una silla eléctrica para Chema Fraga; no le dio tiempo a disfrutarla

04 jun 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace menos de un mes, un grupo de aficionados a los caballos de Poio, Meis, O Grove y Portas contaban, emocionados y satisfechos, que habían juntado 900 euros en 48 horas para comprar una silla eléctrica para Chema Fraga, un amigo de Cambre que solía venir al sur de Pontevedra a hacer rutas caballares con ellos y que, debido a una grave enfermedad, ya no podía caminar. Contaban la historia de la silla con lágrimas en los ojos. Eran lágrimas de emoción, casi de alegría por poder ayudar a su amigo en un momento tan duro. Ayer, esos mismos amigos de Chema Fraga lloraban. Pero lloraban de tristeza por su muerte. «Estamos todos moi afectados, a verdade é que ao pobre non lle deu tempo a desfrutar da silla nin de nada, é unha pena moi grande», señalaba Juan Patiño, vecino de Poio y herrador de caballos. Tanto él como los demás aficionados se juntaron ayer para viajar hasta A Coruña, donde se velaba a Chema Fraga. Querían arropar a su familia y llevarle un centro de flores a una persona a la que definían, sobre todo, como «boa xente». A raíz de la historia de la silla, Chema atendió desde el hospital coruñés donde estaba hospitalizado a una llamada de La Voz. No tenía muchas fuerzas para hablar aquel día, pero quería agradecer el gesto de sus amigos. Dijo de ellos que eran unos ángeles. «Son lo máximo, más no se puede pedir», señalaba con emoción mientras pensaba en un futuro próximo, en el que se veía con su silla eléctrica. El destino que le esperaba, desafortunadamente, era otro. Ayer se le lloró en una misa y hoy será incinerado en la intimidad familiar.