Un nudo obsoleto y con baches da la bienvenida a la ciudad por el norte

María Hermida
maría hermida PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

El cruce, punto de paso habitual hacia las playas fetiche de las Rías Baixas, es complejo y hay quien coge la rotonda al revés

27 may 2016 . Actualizado a las 05:00 h.

Imagínense que no conocen Pontevedra. Y que llegan a la ciudad, en coche, por el norte. ¿Qué les recibe? Un entramado de vías y cruces totalmente obsoleto, donde los peatones se juegan el tipo para llegar a sitios como la comandancia de la Guardia Civil y los baches y parches en el aglomerado saltan a la vista. La intersección conocida como el nudo de bomberos resulta, desde luego, una nefasta carta de presentación. Encima, por su ubicación, se trata de un más que posible punto de paso para miles de personas que visitan las Rías Baixas con Sanxenxo y O Grove como grandes referencias. Ese entramado de caminos está pendiente de una remodelación integral que debe hacer Fomento. Pero, mientras no llega, el aglomerado se deteriora, la señalización horizontal está borrosa y la sensación de caos en esa zona saturada de tráfico es total y absoluta.

«Es un milagro que en este nudo no haya más accidentes». La frase la podría pronunciar cualquier peatón de los que caminan a diario por isletas y arcenes junto a la sede de los bomberos. También podría salir de la boca de un conductor que pase habitualmente por esta zona, que más de una vez se habrá enfrentando a una situación que se repite: coches que giran bruscamente ya que la intersección no resulta nada sencilla de entender. Pero no. Ayer por la mañana quien hablaba así era un guardia civil de Tráfico que vigilaba el cruce. El hombre explicaba que son muchos los pilotos que se confunden en esta intersección, y que incluso hay un número elevado de vehículos que cogen la rotonda al revés. «Hay quien viene de Vilagarcía y no entiende que se trata de una glorieta y se mete mal. Como estamos cerca, solemos detectarlo». Es decir esto el agente y que, a los pocos minutos, un camión haga un giro más que extraño en medio de la calzada. El conductor, efectivamente, se confundió con los carriles.

Pero ojalá los despistes fueran el único despropósito a pie de nudo. El aglomerado, tras los temporales del invierno, parece una coladera. Hay varias zonas que necesitan un arreglo inmediato. Por no hablar de otras donde se taparon agujeros a golpe de parches de asfalto y ahora, en vez de circular por una calzada totalmente lisa, el coche va dando pequeños tumbos.

Luego está el asunto de los peatones. La necesidad de aceras está clara. En menos de cinco minutos cruzan por delante de la comandancia -hay quien para evitar acercarse a la carretera atraviesa por dentro del cierre de la Guardia Civil- más de quince personas. Lo hacen por encima de isletas o por un arcén raquítico. Y, por supuesto, no tienen ni un solo paso de peatones donde cruzar con seguridad. Si uno tira hacia Poio, los problemas para los viandantes siguen. Hay una isleta, a la altura de la entrada para Carrefour, donde se fue haciendo un camino en medio del césped. Atravesar por ahí está relativamente bien si uno no lleva un carrito de bebé o va en silla de ruedas. De lo contrario, olvídese del caminito y juéguese el tipo sobre el asfalto.

Socavones en dos zonas. Tanto en este tramo de la imagen como en el ramal que va hacia la zona urbana de Pontevedra, antes de coger el puente del Rons, hay colosales baches. fotos maría hermida

Aglomerado nuevo... pero a trocitos. Desde que la Administración empezó a hacer rebacheados parciales de carreteras, casi no hay un vial que no parezca un mosaico. Este también lo es.

Solos ante los vehículos. Los peatones que atraviesan por esta zona lo hacen por el escasísimo arcén, con lo que los coches les pasan casi pegados. El tránsito de viandantes es continuo.

Jugándose el tipo en medio del vial. En esta carretera hay peatones cruzando por sitios insólitos a diario. Tráfico reconoce que, pese a la vigilancia, esta práctica peligrosa continúa.

El STOP que se ve mal y las isletas casi borradas. Una capa de pintura. Eso es lo que necesita la señalización vertical de todo el nudo, de la señal de STOP a varias de las isletas.

Coches y más coches. El tráfico es abundante en el nudo, desembocadura natural de la carretera de Vilagarcía, punto de partida también para ir hacia Poio o Sanxenxo y acceso norte de la ciudad.