Agrio pleno de la Diputación entre críticas de manipulación y mentiras

Marcos Gago Otero
marcos gago PONTEVEDRA / LA VOZ

POIO

Numerosos operarios de Ence y auxiliares protestaron ante el pazo provincial

05 sep 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ence no figuraba en el orden del día del pleno de la Diputación, pero la concentración de cientos de personas, entre operarios de la factoría y auxiliares -el comité de empresa aseguró que entre 1.200 y 1.500-, centró una sesión que, de otra forma sería bastante anodina. Fue un pleno lleno de incidentes y que acabó con la mitad de la corporación provincial fuera, porque los diputados del PP se fueron, según su versión, en apoyo a los trabajadores de la factoría a los que no se les dejaba expresarse como los populares entendían que debería ser.

Media hora antes del comienzo del pleno, las escaleras del pazo provincial estaban atestadas de gente. No solo había pontevedreses. También estaban productores de madera de Ferrolterra, transportistas y firmas auxiliares, así como los secretarios comarcales de CC OO y UGT. Todos querían entrar en el pazo para que los diputados le pusiesen cara a los afectados si se cerrase Ence. El acuerdo de la junta de gobierno provincial, en contra de la prórroga de la concesión de Costas, precipitó la movilización. Querían que se les oyese y la presidenta aceptó, aunque con condiciones.

A su hora, las puertas se abrieron. A medio filo. Los guardas impidieron el acceso libre del público. Solo pudo entrar, previa identificación, el número que podía estar sentado en la sala. La mayoría se quedó en las escaleras afuera. Para entrar, la cola, parecía un aeropuerto. Los asistentes tuvieron que enseñar el carné, dejar los carteles en una mesa y las mujeres abrir sus bolsos.

Con un leve retraso, la corporación tomó asiento. La presidenta, la socialista Carmela Silva dejó todo el tiempo que quiso a Pedro Soto, presidente del comité de empresa de Ence. Este defendió la continuidad e importancia social y económica de la fábrica. Soto, que fue edil del PSOE en Poio, hizo un guiño a diputados de la comarca como la poiense Consuelo Besada, y recalcó que el problema de la ría y del marisqueo no está en Ence, sino en la EDAR de Os Praceres, que no funciona. Pidió a todos que, al hablar de Ence, no se mienta. Al acabar, le dio a Silva un informe sobre la importancia de Ence para el sector forestal gallego y la economía comarcal.

Intenso cruce de críticas

La diputada popular Nidia Arévalo, planetó una cuestión de orden a la presidenta. «Rógolle que abra as portas da Deputación de Pontevedra que pechou hai un rato», espetó. Arévalo ironizó, de esta forma, con la palabras de Silva de que su mandato se caracterizaría por tener las puertas abiertas para todos los pontevedreses. Esto molestó a la presidenta, que le reprochó que el PP se presentase como defensor de los obreros «cando os do PP son os máximos enemigos dos traballadores». Dijo que las puertas seguirán abiertas, pero «dentro dun orde».

La intervención del portavoz de la Plataforma da Sanidade, que criticó los problemas del Hospital de Vigo, fue solo una pausa en la tempestad. El diputado del PP, Ángel Moldes, pidió que se dejase hablar al presidente de la Plataforma ProIndustria, José Manuel Sánchez. Este expuso sus argumentos, sin límite de tiempo.

Silva aseguró que no era necesaria la mediación de los diputados del PP. «Calquera organización ou institución cidadá non ten máis que dirixirse ao goberno». A continuación, empezó el pleno. Entonces se oyeron voces entre el público que pedían hablar, y Arévalo le recordó sus palabras a la presidenta, que esta vez se mostró inflexible y acusó a la diputada popular de «manipular» e intentar «xogar» con ella. No dejó más intervenciones ciudadanas y siguió el orden del día.

Tras dos mociones sobre el sector lácteo, el PP pidió que se diese la palabra a otros sectores afectados por el futuro de Ence. Al recibir una negativa, el PP se levantó del pleno, entre aplausos del público y la voz de Silva aseverando que los populares se iban porque no querían oir el debate sobre una moción del hospital de Vigo. Diez minutos más y el pleno se acabó sin sorpresas.

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